Con este libro he visto la luz. Conflictos aparentemente irresolubles como la tremenda rabieta de un niño de tres años o el chaval de 12 que siempre se deja las cosas desordenadas parecen tener una solución sencillísima con este conjunto de técnicas que, por otra parte, son de sentido común: no encasillar a los niños, escucharles atentamente, aceptar sus sentimientos (no negarlos), darles nombre a esos sentimientos para que los niños aprendan a identificarlos, tratarles con respeto y no como si fueran "mi hijo el manazas", "la despistada de mi hija pequeña", "mi princesita" o "mi niña buena" (sí, a veces esas etiquetas aparentemente positivas también tienen su cara negativa). Se empieza a aprender desde el principio, pues el libro no va precedido de una farragosa introducción de veinte páginas, y las explicaciones se acompañan de dibujos que ejemplifican las conductas erróneas y las acertadas.
Me alegro de que libros como este se crucen en mi camino. Por otra parte, todos los puntos que recoge pueden resultar tan útiles que deberían aplicarse no solo en nuestras interacciones con los niños, sino también en el día a día con los adultos. Lo probaré: seguro que funciona igual de bien.
En resumen, un diez para este libro. Buscaré más material de las autoras.
Por otra parte, dejo aquí constancia de que con este volumen he inaugurado mi cuaderno de lecturas, el físico. Lo vi tan bonito un día en Abacus que me lo tuve que llevar, pese al precio estratosférico y totalmente injustificado que tenía. Un capricho en toda regla porque, para empezar, ya dejo constancia aquí de lo que leo, pero es que era aquello con lo que toda la vida había soñado: un cuaderno ad hoc para anotar mis lecturas y poder pasar las páginas años después recreándome con los buenos momentos pasados.
Título: Cómo hablar para que sus hijos le escuchen y cómo escuchar para que sus hijos le hablen | Autores: Adele Faber y Elaine Mazlish
Fecha inicio: 06.04.2010 | Fecha fin: 29.04.2010