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11 de noviembre de 2021

Emma y La abadía de Northanger (Jane Austen)

Emma 

En un pueblecito inglés a finales del s. XVIII, entre las familias de clase alta solo parece haber una preocupación: quién se casará con quién. Y especialmente preocupada se muestra Emma, hija de uno de los hombres más adinerados de la región, una jovencita inteligente y resuelta que está convencida de que, desde su atalaya, puede actuar de casamentera para las demás familias de clase bien de la zona. Y, sin embargo, todos sus proyectos matrimoniales resultan fallidos. El libro transcurre plácidamente entre charlas de salón, chismes, paseos por el campo, susurros y confidencias... Y al final todo apunta a una pregunta: ¿con quién se casará Emma?

Supongo que el mundo se divide entre aquellos que adoran a Emma y los que la encuentran altiva e insoportable, y me temo que yo encajo en el segundo grupo. No encontré ninguna cualidad positiva en ella, aunque, a medida que se acercaba el final (OJO, SPOILER), pensé que lo que arreglaría el libro y sería un acto totalmente heroico por parte de Jane Austen sería que Emma se quedara soltera. Por supuesto, no podía decantarse por la salida facilona que era emparejarla con esa especie de deus ex machina que además le dobla la edad. A medida que avanzaba el libro me decía: «No habrá sido capaz de emparejarla con este...», y así fue, claro. Menuda decepción. Ah, Jane Austen: lo increíble, novedoso, rompedor que habría sido dejar a Emma soltera... 

En fin, esa novela redonda con un final alternativo, soñado y perfecto tendrá que seguir viviendo en mi imaginación.


La abadía de Northanger

Al parecer esta fue la respuesta de Jane Austen a las novelas góticas, y es verdad que este libro tiene algo de parodia. Cuenta la historia de Catherine, una antiheroína de 17 años que sale al mundo por primera vez, a ese mundo de los bailes, los salones y los balnearios, cuando pasa unas semanas en Bath en compañía de unos amigos de la familia. Desde allí visitará la abadía de Northanger, donde las novelas góticas que ha leído exaltarán su imaginación y creerá ver peligros en cada esquina del vetusto edificio.

Pese a que se considera inferior a Emma, con esta novela disfruté muchísimo más. Para empezar, la autora no sitúa en un pedestal a la protagonista desde la primera página; al contrario, presenta a Catherine como una auténtica antiheroína, y solo por eso conecté mejor con ella. La historia da varias vueltas en diversos escenarios y es verdad que quizá falta pulirla un poco aquí y allá, pero en conjunto la novela me pareció muchísimo más satisfactoria y entretenida que Emma

De todas formas, por supuesto ambas son novelas muy recomendables y solventes y sin duda las volvería a leer. Ah, si mi lista de pendientes no fuera tan larga... 


12 de junio de 2019

Persuasión (Jane Austen)

La última novela que escribió Jane Austen gira en torno a Anne Elliot, una joven inglesa cuya familia se ve obligada a mudarse para sanear su economía y reducir gastos. A sus 27 años, se considera que ya ha pasado la edad «adecuada» de Anne para contraer matrimonio, pues ha perdido su belleza y su plenitud de antaño. Varios años atrás, Anne mantuvo un romance con un oficial de la Marina, Frederick Wentworth, pero la familia de ella consideró que Wentworth no tenía los posibles para aspirar a la mano de Anne y no era digno de pasar a formar parte de la familia. Anne se dejó persuadir por lady Russell, una amiga de la familia que crió a Anne como una madre, y se distanció de su pretendiente. A esto siguieron varios años de soledad en los que Anne se preguntó si había hecho lo correcto. Y ahora, después de todos estos años, los caminos de Wentworth y Anne se vuelven a cruzar: él ha sido ascendido a capitán, ha ganado una fortuna y está más atractivo que nunca. Por su parte, Anne ha perdido belleza, pero su bondad e inteligencia no han hecho sino aumentar, si bien la posición de la familia en el plano económico es bastante precaria. Al principio el capitán Wentworth se ve movido por el dolor del rechazo anterior, pero todo apunta a que el carácter de Anne lo cautivará de nuevo. ¿Podrán tener ambos una nueva oportunidad en la vida?

He aquí otra novela que me habría encantado leer de adolescente. Dos jóvenes que se enamoran localmente, se ven obligados a separarse y se reencuentran ocho años después, pero su momento ya ha pasado: él aún está resentido, la belleza de ella se ha marchitado, su familia está en bancarrota, y otras jóvenes en la plenitud de la vida compiten por la atención del capitán. Todo apunta a que esta vez no tendremos el final feliz. ¿O sí?

He disfrutado esta novela muchísimo, pues además de ser tremendamente romántica, gira en torno a un tema con el que todos podemos sentirnos identificados: las segundas oportunidades en el amor. Cuánto no habríamos dado muchos de nosotros por poder reparar lo que una vez se torció. Nuestra protagonista prácticamente no existe para la sociedad: una mujer cuya belleza no destaca, que no se ha casado, poseedora de una muy exigua fortuna, que se siente prácticamente invisible en la sociedad que la rodea, y ninguna persona de su familia parece tomarla muy en consideración. La verdad es que me he sentido muy identificada con ella (no por esto que comento, sino por el carácter en general de Anne) y tanto la historia como los protagonistas me han gustado mucho más que los de Orgullo y prejuicio, el otro libro de Austen que leí hace poco. Ya digo que a mi yo adolescente le hubiera encantado, pero en la actualidad he disfrutado esta historia tanto o más. Y el paisaje melancólico inglés que nos pinta Jane Austen es el marco perfecto para este tipo de historias.

Como siempre recomiendo con los clásicos, es una buena idea ir a una librería grande donde puedan acumular varias ediciones (yo fui a El Corte Inglés, donde yo creo que las tienen TODAS) y compararlas para escoger la que más se adecue a los gustos de cada uno. A mí me gustaron las traducciones de Alba (en la que se incluye Sanditon, la novela que Austen dejó inacabada) y la de Penguin.




4 de noviembre de 2017

Orgullo y prejuicio (Jane Austen)

Pocas probabilidades había de que una servidora llegara a la edad que tiene sin haber leído Orgullo y prejuicio. Es más, no solo no había leído el libro, sino que tampoco había visto las películas y, ya puestos, tampoco había leído ninguna de las demás obras de Jane Austen. Tamaña proeza tiene mérito, ¿no? :)

Los señores Bennet tienen cinco hijas y una preocupación: lograr un buen matrimonio para cada una de ellas, teniendo en cuenta además la falta de posibles de la familia. Estamos en la Inglaterra de principios del s. XIX y ninguna de las hijas puede heredar la propiedad del señor Bennet, por lo que es fundamental que al menos una de ellas haga un buen matrimonio. A ello no ayuda la absoluta falta de decoro de la señora Bennet, una mujer escandalosa y de poca sustancia que no contribuye a que ningún pretendiente tome a la familia en serio. Tampoco ayudan mucho a la causa las dos hermanas menores, Kitty y Lydia, unas adolescentes superficiales, incultas y tontuelas que, yendo todo el día detrás de los oficiales del regimiento del pueblo en busca de marido, contribuyen asimismo a propagar una cierta mala fama entre las grandes familias de la comarca.

Así las cosas, Elizabeth Bennet tendrá que analizar bien qué posibilidades reales tiene de contraer matrimonio y valorar si debe dar prioridad a un futuro resuelto con un marido que aporte una buena renta o si esperar a alguien de quien se enamore (teniendo en cuenta además las presiones a las que las familias someten a las jóvenes). El libro también explora el tema de cómo muchas veces se prejuzga a las personas y cómo es fácil quedarse con la primera impresión que tenemos de ellas.

Mi lectura se vio entorpecida de nuevo por la calidad de la traducción, pero aun así pude disfrutar de este clásico y de los afilados diálogos que se intercambian los personajes. Me hubiera encantado haber descubierto antes este libro (de adolescente lo habría disfrutado mucho), pero, oye, nunca es tarde. Lo que me tiene indignada es la película del 2005 (aproveché para verla estos días) y, en particular, la interpretación de Matthew Macfadyen: no me creo que el señor Darcy pusiera ojitos de cordero degollado durante toda la trama. Desde luego, no es eso lo que me transmitió el libro durante la lectura. Seguro que la interpretación de Colin Firth la supera con creces (¡y espero verla pronto!).



No he encontrado la portada del libro que me leí, así que cuelgo esta de Alianza, que creo que refleja bien el saborcillo de antaño. Además, la traducción seguro que sí es de calidad (y creedme que en una obra como esta, en la que hay que cuidar tanto el lenguaje para reflejar los afilados diálogos y las convenciones de la época, es de una importancia capital).