26 de octubre de 2017

Cinco semanas en globo (Julio Verne)

Mis amigos me tienen por una gran lectora, y sin embargo no creo serlo: me falta muchísimo por leer, sobre todo libros de base, clásicos, novelas de toda la vida que a todo buen lector se le dan por supuestas. Así que, bueno, poco a poco habrá que ir enmendando este despropósito y, con esa intención, aquí vengo con el primer libro que leo de Julio Verne: Cinco semanas en globo.

(A decir verdad, hace unos años intenté leerme Veinte mil leguas de viaje submarino, pero tuve que abandonar la lectura porque se me ocurrió comprármelo en francés, me pareció dificilísimo y apenas pude seguir la trama...)

Londres, 1862. Estamos en la era de las grandes exploraciones y África es el continente desconocido. Samuel Fergusson, un notable científico, planea un viaje de descubrimiento que le llevará a cruzar el continente africano desde Zanzíbar hasta Senegal en cinco semanas con un único medio de transporte: un globo aerostático. Irá tan solo acompañado de un buen amigo, el cazador escocés Dick Kennedy, de su criado Joe y de un buen acopio de provisiones. Y así empieza su aventura, en la que tendrán que vérselas con leones, tribus caníbales, brujos hechiceros, aves rapaces que pretenden perforar el globo, desiertos inacabables que acaban con sus provisiones de agua... Por supuesto a los tres amigos no les faltan anécdotas trepidantes y momentos inciertos, y al final el lector llega a dudar de que sean capaces de llegar a buen término, los tres juntos y en buen estado.

Es una novela que se lee rápido, entretiene un montón, te da una cierta dosis de pseudociencia (con las explicaciones sobre cómo funciona el aerostato) y se empatiza enseguida con los tres protagonistas, con los que el lector se embarca en un viaje trepidante. Es cierto que algunos pasajes pueden parecer algo pasados de moda por el ligero racismo que destilan, pero como novela para jóvenes es totalmente recomendable. Como no podía ser de otro modo: ¡estamos hablando de Julio Verne!

Lo que sí aconsejaría a quienes quieran acercarse a la obra de Verne es hacerse con varias traducciones y compararlas: la cosa cambia sobremanera y hay algunas que dejan mucho que desear. Yo me leí esta de aquí al lado, de Sopena, en una edición de 1957 (no pone el nombre del traductor). Es cierto que esa traducción tiene muchos años y el texto transmite un cierto sabor añejo por el lenguaje y los giros empleados, pero es una de las mejores que pude consultar. Lo encontré en uno de los puestos de la Cuesta de Moyano de Madrid.

24 de octubre de 2017

Asking For It (Louise O'Neill)

El de esta semana ha sido un libro interesante. Al igual que Nina Is Not OK, gira en torno a las relaciones no consentidas entre jóvenes, especialmente cuando hay mucho alcohol de por medio. Tanto alcohol y tanto desfase que, al día siguiente, Emma O'Donovan no se acuerda de nada, pero unas fotos subidas en modo público a redes sociales se encargarán de rellenar sus lapsus de memoria. Hasta el último detalle. Y de destrozar su vida.

Hasta ahí, muy parecido a Nina Is Not Ok. Sin embargo, la autora de este libro, Louise O’Neill, plantea un enfoque que, como digo, me ha parecido muy interesante: ¿y si crea un personaje con el que el lector no empatiza en absoluto? Emma es vanidosa, superficial, engreída, la chica más guapa de su pueblo. Todos la admiran, todos quieren ser sus amigos, todos se giran a mirarla por la calle, todos le dicen una y otra vez lo guapa que es y la cantidad de puertas que su belleza le abrirá. Y ella también se asegura de ser la chica que todos miren al pasar, incluso flirtea con los novios de sus amigas o con los chicos que les gustan a ellas. Porque Emma nunca se liaría con el novio de su mejor amiga, pero le gusta saber que podría si quisiera.

Por otra parte, la relación con sus amigas también es competitiva y superficial. Las trata con desdén, como esperando que le hagan favores todo el rato, que le rindan pleitesía. Incluso no duda en robar algún objeto caro (unas gafas de sol, un perfume) a una de sus amigas, que nada en la abundancia. Total, a ella le pueden comprar otro par de gafas cuando quiera…

Una noche acuden a una fiesta en casa de unos amigos. Son del pueblo, de toda la vida, buenos chicos. Emma se pone un vestido con un escote hasta el ombligo y una falda tan corta que apenas le tapa nada. Sin ropa interior y con tacones de vértigo. Bebe hasta emborracharse y toma unas pastillas, drogas ilegales. Se exhibe, se contonea sabiéndose la reina de la fiesta. Flirtea con uno de los chicos, mucho mayor que ella (Emma tiene 18 años) y se lo lleva a una habitación.

Y es ese el reto que la autora plantea: una chica por la que el lector no se siente ningún aprecio ni empatía y una conducta extrema. ¿También nosotros diremos de ella, como afirma el título del libro, que se lo estaba buscando…? O’Neill pone al lector frente a frente con este hecho y le obliga a revisar sus propias ideas preconcebidas y convicciones, a ser sincero consigo mismo y a pensar que quizá él, el lector, también ha pensado así, sin darse cuenta de que todas las víctimas son tales, por mucho que no sintamos simpatía por ellas.

Como os digo, me ha parecido un enfoque muy muy diferente a lo que estamos acostumbrados y, precisamente por eso, transmite su mensaje de manera poderosísima, calando profundamente en el lector. Sin embargo, no es un libro que haya disfrutado en demasía porque no me ha gustado la ejecución. No me ha parecido que la autora escriba especialmente bien; de hecho mezcla hechos del presente con recuerdos y retazos del pasado de manera muy confusa, y cuesta saber cuándo te está hablando de unos y de otros. Ningún personaje del libro tiene valores (salvo Bryan, el hermano de Emma, que parece el único de todo el libro con un poco de materia gris) y es imposible empatizar mínimamente con ninguno (ya sé que esa era la idea, pero no sé, un mínimo…). Además, la segunda parte es muuuuuy repetitiva y, francamente, bastante aburrida. El final… bueno, no lo destripo, pero diré que es muy realista. Para bien y para mal. Además, el mundo que plantea me resulta muy lejano (una sociedad tan superficial, unos padres tan ausentes, tan poco empáticos, unas relaciones de amistad tan materiales, un culto al físico y al dinero que yo nunca tuve…). Me ha parecido un escenario caricaturesco, aunque quizá sea yo, que he vivido en un círculo muy diferente.

De una nota sobre 5, le daría un 3 o 3,5. Me ha encantado la idea, pero la ejecución no, para nada. Y, sin embargo, ha cosechado unas críticas entusiastas en Goodreads. Como conclusión, quizá sí que lo recomendaría, aunque solo sea porque nunca está de más tomar conciencia sobre un tema tan horrible, habitual y real como este.


Actualizo la entrada en febrero del 2020 para decir que La Esfera de los Libros acaba de publicar la traducción, Tú te lo has buscado, firmada por Palma Carvajal Lara. A ver qué acogida tiene en el mercado español.

Rosemary's Baby (Ira Levin)

¿A que no hay nada como un buen clásico? Pues aquí va mi recomendación de lectura para Halloween: La semilla del diablo. A muchos os sonará la tremenda película de Polanski, pero es que el libro en el que se basó no se queda atrás y constituye una estupenda obra de ficción —sencilla, breve, ágil y aterradora— para la cual no han pasado los años.

Manhattan, década de 1960: Rosemary y Guy acaban de mudarse al piso de sus sueños, situado en el Bramford, un codiciado edificio de estilo gótico. Se muestran entusiasmados con la perspectiva de vivir en un lugar con solera y tradición, y no se amedrentan ni siquiera cuando un buen amigo de Rosemary les advierte del siniestro pasado del edificio, donde se han producido varios episodios de brujería y asesinatos.

Pronto la pareja conoce a los vecinos del rellano, unos ancianos afables y voluntariosos con los que Guy enseguida traba amistad. Rosemary prefiere mantener un poco las distancias, pues los encuentra algo entrometidos y pesados, aunque la relación entre todos es siempre cordial.

Guy, un actor en ciernes que hasta el momento ha tenido poca suerte, consigue de repente un buen papel cuando su rival en un casting se ve afectado por una súbita ceguera. A partir de ahí parece cambiar su fortuna y empiezan a lloverle buenos papeles, con lo que pronto se anima a tener hijos, algo que Rosemary deseaba de corazón.

Finalmente Rosemary se queda embarazada, pero sufre fuertes dolores y las cosas no parecen ir como deberían. Sin embargo, todo el mundo le dice que deje de preocuparse, que no hay ningún problema, que cada embarazo es único. Así pues, la joven intenta hacer de tripas corazón y esperar a que llegue el ansiado momento de verle la carita al bebé. Un momento que quedará grabado a fuego en su memoria.


La trama resulta sencilla pero muy interesante como punto de partida, ¿verdad? Ira Levin es un narrador muy ágil y la lectura engancha por completo, además de inquietar un montón. Sin embargo, no son los aspectos demoníacos del libro los que me parecieron más espeluznantes, sino el retrato que pinta de Rosemary como persona totalmente aislada, sin nadie en quien confiar, rodeada de personas que no han dudado un ápice en utilizarla para sus fines al tiempo que le hacen creer que es ella la que no ve las cosas claras, la que está exagerando, la que debe dejar de darle vueltas a las cosas. En más de una ocasión dan ganas de gritarle que despierte de una vez, que no se fíe, que no haga eso, pero la tela de araña está bien tejida a su alrededor y no hay escapatoria. En cuanto al final, ¿qué decir? Sé que no es para todos los gustos, pero a mí me pareció soberbio.




21 de octubre de 2017

Te quiero porque me das de comer (David Llorente)

¿Os ha pasado alguna vez que, al terminar un libro, no habéis sabido decir si os ha gustado o no? Esa es justo la sensación que tengo yo desde hace varias semanas, desde que me quedé en shock  al terminar Te quiero porque me das de comer. Y de verdad que sigo sin saber qué pensar.

Es esta una novela negrísima en torno a un asesino en serie, con una estructura única, pero ninguno de los muchos personajes es más protagonista que el barrio de Carabanchel, donde se desarrolla la trama en su totalidad. Y es que en el barrio de Carabanchel, símbolo de vida marginal, todo tiene cabida: asesinos en serie, sadomaso, mafia china, cárceles, violencia conyugal, prostitución, canis con perros asesinos, cuernos, amores imposibles y prolongados en el tiempo... Y todo con una estructura aséptica, que tan pronto te cuenta el asesinato de una niña como te describe una receta o menciona el tiempo previsto para mañana. Las primeras veinte páginas resultan de lo más desconcertantes, hasta que el lector se hace a semejante estructura narrativa, pero creo que al final funciona, pues narra los hechos más brutales de forma como digo aséptica, de manera que es lector quien debe aportar todo atisbo de emoción a la narración.

Esta lectura es todo un reto, pero para mi gusto la violencia es excesiva, y eso que ese es precisamente un recurso más que utiliza David Llorente: llevar la violencia a tal extremo que acabe siendo una caricatura, precisamente para que quede subrayada. A mí la lectura me tuvo absorbida y saqué horas de donde no las tenía para avanzar más rápido, pero aparte de que me enganchó, también lo hice con la sensación de «acabemos con esto de una vez». Hasta ese punto me resultaron fuertes las escenas de violencia (y no solo fuertes sino frecuentes, en cada página hay una, de tal manera que el lector se pregunta si de verdad es necesaria tanta violencia hasta que cae en eso, en que todo es una caricatura, una herramienta más de Llorente).

En definitiva, ¿recomendaría esta lectura? Con mucha cautela, pues no es apta para todos los estómagos, aunque sí creo que sería una lectura interesante para los más amantes de la novela negra. ¿Me ha resultado interesante? Desde luego, porque es diferente a todo lo que he leído hasta ahora y el libro está muy bien estructurado: como apunta el dibujo de la portada, es un auténtico puzzle con piezas que van casando muy poco a poco y estoy segura de que hacer casar semejante crisol de historias individuales debió de haber planteado a su autor más de un quebradero de cabeza. Entonces ¿me ha gustado? Pues sigo sin saberlo... Me quedo entre dos aguas y diré que es un libro que voy a recordar durante mucho tiempo.