17 de mayo de 2011

Las cien voces del diablo (reseña)


Como comenté hace unos días en esta otra entrada, gracias a la editorial Grijalbo y a Bloguzz he tenido la oportunidad de leer Las cien voces del diablo. He tardado algo más de la cuenta en subir esta reseña porque mi familia tuvo que enviarme el libro a Londres, donde resido, pero finalmente llegó a mis manos sin problemas y la semana pasada empecé la lectura.

Para ir abriendo boca, copio el texto de la contra:

«Los amores irrefrenables y desbordantes de Jacinto siembran la caribeña Villa Veneno de una estela de pasiones prohibidas, de las que nace un joven cuyo destino se verá irremediablemente marcado por la tragedia. En un pueblo donde el aire huele a orquídeas, las mentiras se retuercen como enredaderas y el amor crece en las espinas de las rosas, un día la tentación y la culpa amenazan con cobrar su precio a sus habitantes.


Una historia arrolladora y sensual que envuelve al lector en un torbellino de pasiones y secretos, y que Ana Cabrera Vivanco narra con una magnífica voz propia tan audaz como subyugante.»


Efectivamente, es este un libro de pasiones irrefrenables, secretos que duran una vida, tragedias inexorables y pinceladas de realismo mágico, y el marco es el pueblo de Villa Veneno y sus habitantes. No puedo evitar comenzar comentando el parecido que he encontrado entre este libro y uno de nuestros clásicos: Cien años de soledad. Durante la lectura, constantemente me venía a la cabeza el libro de García Márquez y creo que los parecidos son muchos. Sin embargo, para mi gusto el libro de Cabrera Vivanco aguanta perfectamente el tipo ante la comparación: está francamente bien escrito y se lee de un tirón. Hay quien critica la prosa por incluir vocabulario incomprensible; para mí también ha sido imposible comprender ciertas palabras, pero no lo he visto como algo negativo porque contribuían a darle al texto las pinceladas caribeñas necesarias para ponerse en escena. Pese a que la narración es muy elaborada y da cuenta de muchísima información, la lectura no se hace pesada ni aburrida en ningún momento; todo lo contrario, uno está deseando leer y leer más (y, a diferencia de Cien años, no hace falta un árbol genealógico para seguir la trama…). He observado en alguna reseña críticas por la falta de diálogos, pero yo no los he echado de menos en absoluto: para mi gusto el estilo narrativo que ha escogido la autora funciona perfectamente sin ellos.

La historia está bien hilada; si tuviera que ponerle un pero sería el hecho de que algunos acontecimientos se resuelven de manera un poco precipitada, pero creo que eso también forma parte del carácter del libro. Y un recurso que no me ha terminado de convencer ha sido el de terminar muchos capítulos anunciando el advenimiento de una tragedia («Una muchacha que decía venir de la ciudad apareció en la parroquia diciendo que necesitaba hablarle de urgencia. Por mucho tiempo en su vida Teodoro habría de asociar su imagen con el primer eslabón de la tragedia.»). Sin embargo, luego resultaba que la tal tragedia no lo era tanto, así que este tipo de frases se quedan para mi gusto en un mero recurso efectista.

Debo decir que comencé a leer más bien con escepticismo, porque no soy lectora que disfrute especialmente con las grandes pasiones y los grandes sufrimientos, y esta historia parecía bien cargada. No obstante, poco a poco la lectura me ha ido atrapando y me he emocionado con las vivencias de los personajes, en especial las del padre Teodoro, presente a lo largo de toda la novela y a mi parecer el personaje más perfilado e interesante, quizá por ser el más real de todos, aquel con quien el lector puede empatizar más. En definitiva, Las cien voces del diablo ha sido una gratísima sorpresa y una lectura que recomiendo encarecidamente.

Ah, una cosa más: me ha gustado mucho la edición. El texto no tiene una coma fuera de lugar (bueno, sí, creo recordar que falta el punto final del primer capítulo, al menos en mi edición) y la tipografía escogida, la maquetación y la tapa blanda no hacen más que facilitar y animar la lectura.

Sobre diez, un ocho. Si se me pone a tiro, desde luego leeré Las horas del alma,otro libro de esta autora que al parecer también es destacable.

Título: Las cien voces del diablo | Autor: Ana Cabrera Vivanco
Fecha inicio: 07.05.2011 | Fecha fin: 15.05.2011

13 de mayo de 2011

A Tiny Bit Marvellous


“Everyone hates the perfect family. So you’ll love the Battles.”


A Tiny Bit Marvellous narra el día a día de una convencional familia británica que, como reza la frase con la que abro el post (y que encabeza la contraportada), se aleja mucho de ser perfecta.

Mo es una reconocida psiquiatra infantil que, paradójicamente, no sabe bien cómo enfocar la relación con sus hijos adolescentes. Está a punto de cumplir los 50 y se siente gris, tanto por dentro como por fuera. Su vida está encallada en la rutina (podría conducir al trabajo literalmente con los ojos cerrados) y con su hija no se comunica de otro modo que no sea a gritos.

Dora va a cumplir la mayoría de edad y su máxima aspiración es triunfar en The X Factor y encontrar el vestido perfecto para la fiesta de fin de curso. Y conseguir que su madre la deje en paz, claro.

Su otro hijo, Peter, tiene 16 años y es locuaz, inteligente y excéntrico. Ah, y tiene una irremediable fijación con Oscar Wilde.

Los personajes están muy bien definidos, aunque quizá respondan a clichés, en concreto Dora, y enseguida se les coge cariño. La historia me atrapó desde el principio y, aunque el giro que tiene lugar hacia la mitad del libro en cierto modo me lo esperaba, los acontecimientos del final sí que son sorprendentes y me encontré riendo en un párrafo y llorando al siguiente, y sacando tiempo de donde no lo tenía para devorar las últimas páginas.

El libro se hace muy, muy ameno también porque está dividido en cortos capítulos que van narrando Mo, Dora y Peter a modo de diario. Además, cada uno tiene un lenguaje muy característico (he disfrutado especialmente con el de Peter/Oscar). Aquí copio unos ejemplos:

DORA:
“I went to see Nana Pamela, coz she’s the only one that doesn’t know about what I did. Well, didn’t know. She knows now coz I told her. She made hot chocolate for me to drink while she was making me a pineapple upside-down cake. How has she always got the ingredients? Even when she doesn’t know you’re coming? Mum is so not like that. If someone is coming round they have to be invited on a gold-edged card and the shopping has to be done eight weeks ahead so she can practise and like really pretend she knocks up these like fabulous meals so casually, or something. If anyone just drops in she totally freaks coz she hasn’t got the right food to show off with. Why didn’t she learn from Nana Pamela? That is her mother after all. Her actual mother. You would think she would respect her and learn from her. I would if I was her daughter. God.”

MO:
“Hello, you have reached Mo. If you would like to speak to psychologist Mo, press 1. If you would like to speak with author Mo, press 2. If you would like to speak with mother Mo, press 3. If you would like to speak with wife Mo, press 4. If you would like to speak with wanton amoral fast harlot potentially adulterous lunatic Mo, just whisper, because she is very close by. Thank you. You have selected crazy Mo. Unfortunately the person you wish to reach is otherwise engaged with all-consuming thoughts of frivolous fancy and is dangerously teetering on the brink of unreachable. The remainder of your call will cost you dearly and do you no end of unsalvageable damage. Please seek the permission of an adult before you proceed and thank you again for using our service. Don’t forget – we can also provide you with train times, cinema listings and bereavement counselling.”

OSCAR:
“What unlovely wretches [the monstrous mater and the dreadful daughter] prove themselves to be, abandoning all vestiges of class and style, allowing the vulgarity of their lower-middle-class shackles to triumph. How very very very disappointed I am in both of them. It is so extremely tiresome. I am exhausted from the disappointment. I must needs take to my bed. The confines of my room offer the succour and solitude I sorely need. Increasingly, I discover that the delights of the Nintendo III Dance Mat Challenge are my only worthy companion. There, at least, the red fires of my passion are sated. Farewell, dear diary, ’til anon.”

De verdad, con Oscar se podría hacer un libro aparte. En fin, para terminar diré que me llevé una gratísima sorpresa en las últimas páginas del libro, puesto que salen las recetas de las tartas que aplacan las cuitas de los protagonistas a lo largo del libro. Me parece un detalle genial y estoy segura de que probaré alguna de ellas.

Título: A Tiny Bit Marvellous | Autor: Dawn French
Fecha inicio: 30.04.2011 | Fecha fin: 06.05.2011