La trama gira en torno a Benny Hogan y su mejor amiga, Eve Malone, que salen por primera vez de su pueblecito irlandés para acudir a la universidad y conseguir la ansiada independencia y libertad. Allí conocen al carismático Jack Foley, un guapísimo y encantador estudiante de derecho, y a Nan Mahon, cuya intención es escapar de sus orígenes humildes a través de un buen matrimonio. Las historias de todos ellos se entrelazarán a medida que luchan por conciliar sus orígenes católicos con las sensaciones adolescentes que están empezando a despertarse en sus cuerpos.
Es increíble la capacidad que tiene Maeve Binchy de perfilar los caracteres y detallar las emociones por las que pasan cada uno de los personajes de este libro, de manera que el lector acaba entendiendo los motivos que hay detrás de las acciones de todos ellos, buenos y malos. Además, es un libro que hace valorar muchísimo a esos amigos con los que somos como uña y carne desde hace años. Lo que más me gusta del libro es el desenlace, pues las innumerables tramas que abre la autora por fin confluyen y se resuelven y, además, la autora opta por no ofrecernos un final edulcorado, sino uno tremendamente realista que nos deja, de todos modos, una sonrisa en la boca…