31 de diciembre de 2017

Las mejores lecturas del 2017

Escribo esta entrada en febrero —aunque voy a programarla para que se publique entre las últimas entradas del 2017— porque, aunque tarde, quería hacer un huequito para que esas muchas lecturas buenas que he disfrutado no se pierdan sin más en el olvido. Y estos son, pues, los libros que recupero de este 2017 que ya ha terminado y que recomiendo leer encarecidamente:

Instrumental, de James Rhodes: Libro autobiográfico que es como meterse en la tortuosa mente de Rhodes, pianista de éxito al que persiguen los terribles fantasmas del pasado. Un libro duro y extraordinario y un protagonista difícil de olvidar, sobre todo al pensar que todo lo que narra es tan real. Ah, y tiene banda sonora, pues el autor recomienda una pieza de música clásica para escuchar mientras se lee cada capítulo. Obsesivo y brutal.


Nina is Not OK, de Shappi Khorsandi: Temas muy de actualidad (los límites del consentimiento en las relaciones sexuales, el excesivo consumo de alcohol entre adolescentes, el peligro de las redes sociales...) hilados de forma magistral en un libro insospechado que empecé con curiosidad y pocas expectativas, y terminé entusiasmada.


Rosemary's Baby, de Ira Levin: No hay nada que te haga disfrutar como un clásico, y La semilla del diablo es un maestro en su género, el del terror. Ni siquiera saber cómo termina hace que se disfrute menos.


Para no extenderme más, citaré de pasada otros libros que he disfrutado mucho (aunque en menor medida) en este año de buenísimas lecturas: Horns (Joe Hill), digno heredero de su padre; Un matrimonio de provincias, de la Marquesa Colombi, con un final inesperado que me caló; The Loney, de Andrew Michael Hurley, por el ambiente que consigue en esta novela de tintes góticos; Shirley Jackson y Barbara Comyns, por esos mundos extraños en los que nos sumergen; Patria de Aramburu, y I Am, I Am, I Am, de Maggie O'Farrell. Como digo, un año repleto de buenas lecturas. ¡Poco más se puede pedir!



30 de diciembre de 2017

Festín de cuervos (George R. R. Martin)

Madre mía, George, qué me has hecho... Vale que superar el tercer libro de la saga de «Canción de Hielo y Fuego» era muy difícil, pero es que este libro ha supuesto un bajonazo total. Qué puedo decir; creo que los que os lo hayáis leído me entenderéis: a Martin le quedó un libro tan gordo cuando terminó esta cuarta parte que decidió dividirlo en dos volúmenes; en lugar de partirlo cronológicamente, lo partió por personajes y ubicación, y todos los personajes interesantes se quedaron en el otro (que es el quinto, Danza de dragones). Así pues, en Festín de cuervos tenemos a Arya, a Cersei, a Brienne, a Jaime, a Samwell y algo de Sansa, pero también hay capítulos enteros en los que no tenía ni idea de qué me estaban hablando (como todo lo que pasa en Dorne, por ejemplo). Y como no es prolijo ni nada en detalles el señor Martin, esos capítulos que me resultaban de poco interés se me hicieron eternos. En fin, que me ha dado penita porque me he aburrido muuucho en esos pasajes, y me sabe fatal decir eso de una serie que tanto he disfrutado. En fin, sigo con ganas de leer el quinto volumen de la serie, eso desde luego (que además sale Tyrion), pero mi entusiasmo por esta saga se ha desinflado bastante...