19 de julio de 2024

La niña que amaba los elefantes (James Patterson, Ellen Banda-Aaku, Sophia Krevoy)

La editorial Duomo tiene una colección muy interesante de libros con niños y animales como protagonistas, que inciden mucho en la importancia de proteger la fauna, sobre todo de animales en peligro de extinción. He podido leer varios de ellos y todos me gustaron mucho, así que en la última edición de Masa Crítica escogí La niña que amaba los elefantes, otro libro en la misma línea.



Los libros de la foto me entusiasmaron, y sin embargo este... no me ha acabado de llegar de la misma manera. Os cuento.

Lo primero que me llamó la atención es que este libro fuera de James Patterson. Pese a que su fama lo precede, es un autor que no había leído nunca, pero me sonaba porque hace poco terminó la novela que Michael Crichton dejó inacabada a su muerte, Erupción, y se me hizo raro que hubiera escrito este libro juvenil también. Tirando del hilo, me he ido a la web del autor y veo que en lo que llevamos de año James Patterson ¡lleva publicados 12 libros! De ahí deduzco que es el típico autor que se ha labrado un nombre y luego lo usan en diversas portadas para atraer la atención del público, aunque él no haya puesto ni una coma. Mirando un poco por internet, veo que no soy la única que lo piensa...

Otra prueba es que en las dedicatorias solo salen las dos autoras. Patterson no, señal de que no tiene que agradecer nada... porque no lo ha escrito. Por cierto, pequeño tirón de orejas para Duomo, porque no ha incluido en la cubierta a una de las autoras, Sophia Krevoy, aunque el libro original en inglés sí la pone como autora.


Con todo esto ya el libro se me atragantó un poco (eso de «usar» el nombre de otro autor por su popularidad me parecen triquiñuelas baratas del editor original), pero empiezas a leer y te sumerges en esa aldea de Kenia. Jama es una niña de trece años que adora a los animales. Se siente un poco distinta a sus amigas, que ya se han fijado en los chicos del poblado y tienen ilusión por casarse. Jama no, Jama quiere viajar, estudiar, hacer todo lo que hacen los chicos, y por ese motivo empiezan a considerarla «la rara».

Después de la escuela, sin decírselo a nadie, Jama se salta el perímetro de seguridad que le ha puesto su madre y va a un abrevadero donde acude una manada de elefantes. Allí se siente tranquila, puede estar a su aire con sus pensamientos, y además, poco a poco, va entablando amistad con la manada, en especial con Mbegu, una cría de elefante a la que ha visto nacer.

Sin embargo, la manada de elefantes está en peligro debido a los cazadores furtivos. Jama lo siente como un ataque personal y estará dispuesta a todo para proteger a sus amigos...

Este es el resumen del primer tercio del libro y me estaba gustando. Es una historia que te transporta a África, a una aldea masái, y los capítulos cortos y la narración sencilla lo hacen muy adecuado para los lectores más jóvenes. Sin embargo, pasado ese primer tercio me pareció que el tono de la narración cambia, y hay un par de acontecimientos que le dan un toque siniestro y que hacen que ya no sea tan adecuado para niños.

Luego la trama empieza a dar unos giros que no hay quien se los crea (cuando Jama va a Nairobi), y ahí es cuando ya desconecté del todo. No me convenció para nada... Además la trama es bastante irregular, tiene unos cambios de ritmo que no me han parecido muy conseguidos. Hay partes muy adecuadas para un público joven y otras muy trágicas que no recomendaría a los más pequeños. 

¡Ah! Otra cosa: la portada reza «Una conmovedora historia inspirada en hechos reales», pero por mucho que he buscado no he encontrado qué hechos reales son esos. Yo esperaba encontrar la historia de una joven que existió de verdad y ayudó a salvar a una manada de elefantes, pero creo que se refiere a los cazadores furtivos de elefantes en general, pero yo por hechos reales no entiendo eso... Otra triquiñuela de editor.

En definitiva, la historia no me ha convencido del todo y tampoco me ha quedado claro a qué publico objetivo va dirigido este libro. Es demasiado sencillo para lectores adultos, pero el tono es un poco demasiado dramático para los más jóvenes. Tal vez para adolescentes interesados por el cuidado de los elefantes y la vida en Kenia... 

La edición en español es preciosa, eso sí, y la traducción de Marcelo E. Mazzanti capta el tono a la perfección.