Y sí, se trata de una novela muy solvente, llena de detalles que solo alguien que trabaja en el Cuerpo puede desvelar, pero en paralelo a la trama policíaca se desarrolla otra insospechada: ¡es un libro de autoayuda! Y creo que es importante avisar desde el principio porque sé que muchos huís de la autoayuda cual gato escaldado del agua fría. Daos por avisados, pues, porque en este libro la hay, y en abundancia.
Sorprende ver la cantidad de detalles del propio autor que se reflejan en la novela: Ignacio Azcona, el protagonista, es inspector de policía, como lo es el autor Luis J. Esteban en la vida real. Entre los protagonistas aparece un responsable de los GOES (Grupos Operativos Especiales de Seguridad) de Cataluña, cargo que Esteban también ha ejercido. Azcona es licenciado en Derecho, como el propio Esteban, y si alguna vez tiene una hija quiere llamarla Luana (nombre de la hija del autor, al parecer). Ignacio Azcona es navarro y trabaja en Barcelona, y Luis J. Esteban es zaragozano y trabaja también en la ciudad condal. En definitiva, que ha sido imposible no ponerle esta cara al protagonista de la novela desde la página uno:
Sabéis que no me gusta destripar tramas, así que solo diré que gira en torno a una operación policial de gran importancia en Barcelona (un tremendo marrón para los polis encargados de destaparla, porque hay implicados peces gordos) y que en paralelo describe el bache emocional que atraviesa el protagonista y las pautas a las que recurre para superarlo (ahí es donde adquiere el tono de autoayuda). Esteban escribe con soltura y se le nota la riqueza de vocabulario de la que hizo gala en el concurso de Telecinco; para ser una primera novela, me ha parecido muy prometedora. También creo que la experiencia es un grado y seguramente en futuros libros habrá detalles más pulidos, como por ejemplo los diálogos, que en ocasiones me han parecido un pelín encorsetados (ahí le dan mil vueltas escritores curtidos en el género, como González Ledesma o Maluenda). Otra pega que le pondría a esta novela es que quizá el ritmo no se mantiene del todo bien al alternar trama de acción con reflexiones de autoayuda. O quizá el ritmo sí se mantiene si uno no espera encontrar en esta obra una novela policíaca de infarto con una acción trepidante página tras página.
Sin embargo, dejando a un lado estos dos detalles, me parece una novela tremendamente original, con una mezcla de géneros inesperada que pocos autores se habrían atrevido a abordar, y resuelta con mucha solvencia, como decía arriba. El hecho de que el autor tenga un perfil tan «exótico» (al menos para un escritor, no me lo neguéis...) no hace sino sumarle atractivo a esta lectura. La recomiendo a quienes estén dispuestos a acercarse a ella con la mente abierta y sin esperar una novela negra de cabo a rabo, porque no es eso: es mucho más.