8 de enero de 2017

Tormenta de espadas (Canción de hielo y fuego 3)

Ya sabía yo que tardaría en volver por el blog, y es que pulirme las 1115 páginas de Tormenta de espadas me iba a llevar su tiempo. A la longitud y la enjundia de la historia en sí se ha sumado la carga de trabajo que he tenido estos meses, que ha hecho que pasara semanas enteras sin leer o pasando apenas un par de páginas cada noche. Por fin, estas Navidades he aprovechado para hacer auténticas maratones de lectura y hoy he llegado a la última página. ¡Y qué pena me ha dado!

El largo invierno acecha y la Guardia de la Noche debe hacer frente a la amenaza de los salvajes, que pretenden cruzar el Muro y adentrarse en Poniente. Daenerys Targaryen trata de conseguir un ejército de miles de hombres para hacerse con los Siete Reinos. Bran emprende un peligroso y largo viaje con la intención de cruzar al otro lado del Muro en busca del cuervo de tres ojos. Los demás Stark... bueno, los pobres en general no salen muy bien parados en este tercer volumen de la saga. Jon Nieve, miembro de los Hermanos de Negro, es acusado de cambiacapas y de unirse a los salvajes. A Tyrion lo encontramos aún recuperándose de la batalla que cerró el libro anterior, que le ha dejado una horrible cicatriz en la cara (lo que le faltaba al pobre), pero casi puede decirse que ese es el menor de sus males. Jaime Lannister fue liberado en el libro anterior, y el periplo que vive en este casi ha hecho que me ponga de su parte (desde luego he acabado viéndole más humano). Y "Los Otros", apenas esbozados en libros anteriores, por fin cobran algo más de protagonismo. Unas pinceladas que apenas condensan todo lo que se desarrolla en Tormenta de espadas, con sus continuas luchas de poder, intrigas palaciegas, juicios, bodas, traiciones e inesperadas alianzas. Y el frío, un frío impío del que no escapa nadie.

Tenía muchas expectativas puestas en este libro porque me habían dicho que el ritmo era trepidante, y no me ha decepcionado en absoluto. Ha habido escenas memorables, como el latigazo que propina Daenerys (no digo más para no desvelarle la trama a nadie), las diversas muertes que se producen (una nunca está preparada para el destino que va deparando George R. R. Martin a sus personajes) o el inesperado personaje de la ultimísima página. Desde luego, el autor sabe acabar sus libros con un golpe de efecto...

Mi impresión general sigue siendo la misma que en los libros anteriores: Martin es un contador de historias excepcional y sabe caracterizar a los personajes como nadie. Todos son tremendamente humanos (aunque sí he visto a algunos quizá demasiado caricaturizados, como Joffrey), y me gusta mucho verlos evolucionar de un libro a otro. También me fascina ver cómo Martin mete a sus personajes en berenjenales una y otra vez y sabe salir airoso de todos ellos con unas tramas totalmente creíbles (ahí ya podrían tomar nota tantos otros autores...). Sí, es verdad que a veces el número de personajes es abrumador y que llega un momento en que tanto drama me agota (me ha dado penita Arya en concreto), pero solo puedo decir que ya estoy deseando leer el cuarto volumen. Y eso es una buena señal, ¿verdad?

Por último, decir que ADORO a este personaje, sus pensamientos, sus reacciones, su inteligencia, su sensibilidad y su sentido del humor. Por favor, a este no te lo cargues, Martin...


2 comentarios:

  1. Lei todos los publicados hace una eternidad y aquí sigo, esperando al siguiente.
    Me encantan
    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo intento que pase algo de tiempo entre un libro de la saga y otro; me consumen tanto tiempo que prefiero no saturarme... De todas formas, intentaré leerme el cuarto este mismo año, ¡ya veremos! Así de paso le doy tiempo a él, que creo que aún va a tardar en sacar el siguiente. ¡Besos!

      Eliminar

¿Qué opinas?