Dada mi fatídica experiencia con el último bombazo editorial que me leí (La verdad sobre el caso Harry Quebert), me dije que nunca volvería a caer en las garras del márketing editorial. Y, sin embargo, aquí estaba de nuevo, comprando el Patria de Fernando Aramburu con la única referencia de los miles de ventas que acumulaba y los encendidos aplausos que parecía recibir por doquier. Sin embargo, a diferencia del libro de Quebert, este título sí que me ha conquistado. ¡Me tuvo enganchada y lo devoré en cuestión de días!
Patria nos sumerge en la vida de dos familias de un pueblo vasco (al parecer inspirado en Hernani). En el seno de una de esas familias se gesta un futuro miembro de ETA. En la otra, el cabeza de familia es un empresario cuyo nombre empieza a aparecer en el centro de una diana en pintadas por todo el pueblo. Hasta ese momento, la amistad de ambas familias había sido inquebrantable, pero, a medida que el acoso aumenta y la situación se vuelve insostenible, la solidez de esa amistad se resquebraja.
Con esta trama como telón de fondo, Aramburu perfila los últimos 40 años de la historia del País Vasco, la época álgida de ETA, su declive, la situación actual de los presos, lo que fue crecer en un entorno radical asfixiante del que apenas había escapatoria, y cómo todo eso sigue afectando a sus protagonistas hoy, cuando hace años que el proceso parece caído en el olvido.
Qué decir de este libro... me ha parecido un libro redondo, conseguidísimo, con una trama bien sostenida de principio a fin y un planteamiento en cierto modo original. Lo primero, destaca la forma que tiene Aramburu de escribir: nunca había leído nada suyo y me sorprendió el estilo un poco seco y cortante que tienen algunas frases. Confieso que el primer capítulo me lo leí dos veces sin estar segura de haberlo entendido y la causa era precisamente este estilo peculiar que se gasta Aramburu.
Luego está el tema espinoso de ETA. Yo no crecí en el País Vasco, pero sí recuerdo los telediarios con las noticias de un nuevo atentado, de un nuevo tira y afloja, la mirada entre temerosa y curiosa que echaba cada vez que pasaba junto al cuartel de la Guardia Civil de mi pueblo, preguntándome lo que sería vivir ahí dentro, con el miedo de que aparcaran un coche bomba junto a la ventana de tu habitación. Y, sin embargo, esto no era nada comparado con haber crecido en un pueblo del País Vasco, donde los propios amigos de toda la vida presionan para que te unas a la causa, y si no lo haces empiezas a aparecer en el punto de mira de la banda. El libro refleja esto de forma impresionante y era algo que, francamente, yo nunca me había parado a pensar. ¿Qué pasa con un grupo de amigos cuando, de repente, se ven divididos en dos grupos, cada uno a un lado de la línea ideológica?
Este tema podría haberse abordado de tan diferentes maneras... pero creo que Aramburu da en el clavo con su enfoque. Ofrece todo un elenco de personajes muy bien trazados, a los que no cuesta nada imaginarse. Y nos mete con ellos en su más pura cotidianidad, nos hace entrar en sus cocinas de gente humilde, nos hace imaginarnos el pescado friéndose en el fuego y al ama de casa colocando un geranio en la ventana. Además, pese a que la trama principal gira en torno a ETA, hay otras subtramas igualmente interesantes que hacen que la atención no decaiga ni un momento (me han gustado todas las historias de los personajes secundarios, desde Arantxa y Xabier hasta Gorka y Nerea). Y qué decir de esos dos personajes inolvidables, las matriarcas, Bittori y Miren... Por último, pese a que el libro tiene bastantes páginas, los capítulos muy breves hacen que la lectura enganche y no puedas parar.
En definitiva, un libro que recomiendo sin dudarlo, con pasajes que estremecen y muchísimos otros que te hacen reflexionar, mientras recordamos un periodo que dejó una cicatriz en la historia del país.
Esta en mi lista. Tengo pendiente leerlo cuando se pase este momento histórico que estamos viviendo.
ResponderEliminarSiempre me ha interesado, contado desde distintas perspectivas. Aunque la violencia nunca tiene razón de ser...Hay realidades en nuestro país, muy difíciles de vislumbrar que se evaporan, porque están en el silencio y nadie las oye. Solo nos quedamos con una historia, y sin embargo...hay muchas.
Un abrazo y que sigas leyendo y contándonos tantas lecturas agradables o ....como sean en ese momento.
Sí, coincido contigo en que quizá este no es el mejor momento para leer Patria, pero en cualquier caso es una lectura muy recomendable y necesaria, aunque no siempre agradable...
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