3 de septiembre de 2018

Eleanor Oliphant is Completely Fine (Gail Honeyman)

He aquí una de esas historias que parecen haberse puesto de moda últimamente: la de una persona rara, que no encaja en la sociedad, que incluso parece tener ciertos rasgos autistas, pero que es una heroína a su manera, evoluciona en su historia y, después de varias penalidades salpicadas de anécdotas y episodios graciosos pensados para restarle dramatismo al asunto, acaba con su final de cuento caminando hacia una espectacular puesta de sol en el horizonte.

Dicho esto, va a parecer que estoy poniendo verde esta historia y que no la he disfrutado en absoluto, y lo cierto es que no es así. Devoré el libro en cuestión de pocos días, me pareció muy bien escrito, me transportó a mi querida Gran Bretaña y disfruté con muchas de las reflexiones de Eleanor Oliphant, una protagonista de lo más peculiar. Lo malo es que me despistaban mucho las incoherencias del personaje y me sacaban de la ficción una y otra vez.

Eleanor tiene una forma muy alambicada de hablar, fruto de la estricta educación que le dio su madre, y dice lo primero que piensa, con total sinceridad, sin poner ningún tipo de filtro. No entiende muchas de las cosas que suceden a su alrededor, y sin embargo para ella los que hacen cosas ilógicas son los demás, y los juzga a menudo con dureza. Durante el primer tercio del libro esto funcionaba, pero después esa rigidez al hablar se va haciendo cansina, como un chiste que a fuerza de repetirlo ya no hace gracia.

Debido a la vida solitaria que ha llevado siempre, las habilidades sociales de Eleanor son escasas y hay muchas cosas del día a día que se le escapan, pero cuesta un poco creérselo, como la escena en la que «aprende a bailar», o el hecho de que no sepa diferenciar un ordenador de sobremesa de un portátil (teniendo en cuenta que es inteligente, ha ido a la universidad, trabaja desde hace años en una oficina, lee el periódico de cabo a rabo cada día y no ha crecido aislada en una cueva; solo vivió de forma peculiar hasta los 10 años). Y, sin embargo, tras hacerse con un ordenador se abre varias cuentas en redes sociales (¿cómo sabe qué son y cómo funcionan Twitter, Facebook o Instagram?) sin problema alguno. Por otra parte, ¿no sabe lo que es McDonald's o Starbucks y en cambio sí sabe distinguir que una chica lleva pestañas postizas? ¿Critica que los hombres solo se fijen en tetas y rubias oxigenadas y ella misma se enamora de un cantante guaperas? Y luego el hecho de que Eleanor bebía dos botellas de vodka cada fin de semana desde hace diez años, pero un día decide dejarlo et voilà! Coser y cantar, ya no vuelve a beber una gota nunca más. ¿Síndromes de abstinencia a mí? ¡Ja!

Y luego está el tema del giro final en las últimas páginas, imposible de mencionar y de criticar sin fastidiar la trama, así que no diré nada. Solo que para mí es quizá lo que más se habría podido evitar.

No sé, para mí en muchos casos era como si un personaje tan dañado como Carrie de Stephen King (salvando mucho las distancias) comenzara a actuar como Bridget Jones.

De todas formas, todo esto no significa que no haya disfrutado de la lectura; me parece una buena historia y entiendo que haya tenido tantísimo éxito en los países anglosajones. Es solo que, para mí, no es una historia del todo redonda.

Una cosa más: la traducción española viene firmada por Julia Osuna, lo cual solo es garantía de cosas buenas. :)






6 comentarios:

  1. ¡Hola! es la primera reseña que leo sobre este libro que está esperándome para ser leído. Aunque veo que en conjunto sí lo has disfrutado, no sé... esas incoherencias de las que hablas no me terminan de convencer. Ya veré si lo leo al final
    Besos

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    1. ¡Hola, Marian! Si echas un vistazo a Goodreads las críticas en general son entusiastas, así que te animaría a que lo leyeras porque ha gustado muchísimo. A mí se me quedó un poco cojo por esos detalles que comento, pero no es mala lectura para nada.
      ¡Besos!

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  2. Qué cierto es lo que dices....la vida actual, quizá hace que muchas personas sufran de enfermedades que antes eran menos comunes...no sé...es quizá lo que pienso y puede que esté equivocada. Me llama la atención lo solitarias que están las personas inmersas en las nuevas tecnologías....lo lejanas que están a la hora de tocarse. Este sería otro tipo de "autismo" digamos social, o ambiental...luego está aquél que te viene de marca...no sé si me leeré este libro. Vivo muchos dramas a diario, de los que rescato lo mejor, por eso, si no hay un final enriquecedor, tipo cuento...creo que paso.
    No dudo que esté bien escrito y demás, pero en este momento no creo que pueda leerlo.
    Un abrazo enorme y feliz regreso a las rutinas de Septiembre y a los nuevos comienzos.

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    1. El final es todo lo bueno que puede ser teniendo en cuenta las circunstancias, así que en ese sentido no deja un poso amargo. Tiene partes duras, pero el tono del libro en general es humorístico y ligero. En cuanto a lo del "autismo" social, cada vez da más miedo, yo lo veo sobre todo en los niños, que parece que les cuesta divertirse si no hay pantallas de por medio, uf...
      ¡Feliz regreso a las rutinas de septiembre también para ti!

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  3. Pues mira, me ha pasado un poco como a ti y me sentía la única ya que solo veía reacciones entusiastas a la novela
    Besos

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    1. ¡Anda! Pues me alegro de no ser la única. Cuando todas las reseñas son tan unánimes me sentía un poco bicho raro por no haberme metido en la historia como «debería». No sé si llegaste a publicar reseña de este libro, me he pasado por tu blog y no la veo.
      ¡Besos!

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