Las hermanas Elisa y Sabela crecen en una pequeña aldea cercana a Ferrol, donde su madre, Rosalía, una leiteira pobre, las cría sin la ayuda de su marido. Mateo, que emigró a América para iniciar un negocio que nunca concluyó, solo le dejó a su hermano Manuel, sordo de nacimiento, que con su bondad temerosa y sencilla la ayuda a sacar a sus hijas adelante.
Cuando Rosalía comienza a planear la boda de su hija Elisa con Eloy, el único bachiller del pueblo, no cuenta con que Sabela se ha enamorado de él y que el guapo minero Martín tiene otros planes para Elisa.
Tierra sin hombres es una novela de personajes y de intrigas familiares que se enmarca en la Galicia de finales del siglo XIX y principios del XX, en una aldea cargada de supersticiones y de habladurías, lluviosa, pobre; una tierra de viudas de vivos, donde las mujeres ven como sus hombres han de emigrar en busca de una vida mejor, un sueño que a veces se cumple y otras se vuelve contra todos.
Corría el año 2017 e iba con mi padre en coche recorriendo un estrecho congosto de nuestra provincia, Huesca. Teníamos la radio puesta y comenzaron a emitir una entrevista a Inma Chacón en la que hablaba de su última novela. La agradable charla, la historia interesante que contó sobre las «viudas de vivos», aquel momento con mi padre y los paisajes oscenses se me quedaron grabados en la memoria. Y me dije que aquel libro prometía una historia singular y que valdría la pena leerlo. Dos años después por fin he conseguido hacer hueco a esta lectura y puedo confirmar que es una historia magnífica.
Como dice la propia autora en una nota al final del libro, esta historia gira en torno a una de aquellas «viudas de vivos», mujeres gallegas que veían cómo sus maridos se marchaban a América para buscarse la vida. A veces no regresaban, o lo hacían al cabo de los años y volvían a marcharse, dejándolas a ellas al cuidado de los hijos y de las tierras. Es esta, pues, una historia en la que las protagonistas son sobre todo las mujeres, esas que se pasan años mirando al mar en busca de un barco, de un marido, que ha de volver. Es el caso de Rosalía, la leiteira, que se queda sola al cuidado de sus hijas Elisa y Sabela, con la única ayuda de su cuñado Manuel, sordo desde los cinco años, una persona silenciosa pero atenta y cariñosa. La vida de Rosalía no es fácil: cada día anda los nueve kilómetros que separan la aldea de Cobas de Ferrol para vender la leche que lleva en pesadas cántaras en equilibrio sobre la cabeza. Rosalía no quiere esa vida para sus hijas, por lo que traza su futuro con escuadra y cartabón: Elisa se casará con Eloy el de las cesteiras, un joven de la aldea estudioso y con un prometedor futuro, y Sabela se quedará al cuidado de la casa familiar. Pero no sabe que a Elisa no le hace ilusión ese compromiso y que Sabela está enamorada en secreto de Eloy, por lo que todo apunta a que los planes de Rosalía quizá no salgan tal como ella espera.
Este libro nos transportará a la Galicia de principios del s. XX, a la aldea de Cobas, donde los chismes de los vecinos marcarán la vida de Rosalía, Elisa y Sabela. Buena parte de sus acciones se verán condicionadas por el consabido «qué dirán»... Para mí esta novela destaca por muchas cosas: la narración es impecable, los personajes están muy bien descritos y el ritmo se mantiene a lo largo de toda la lectura, pero lo que más destaca es la ambientación que transcurre en Galicia, esa tristeza que todo lo empapa, esa lluvia infinita. Para muestra, el párrafo que abre la novela:
El aguacero descargó sobre el camposanto como si quisiera cobrarse una deuda. Los goterones rebotaban sin interrupción sobre los paraguas que rodeaban el ataúd, resignado a recibir el diluvio soportando el sonido constante de la lluvia al estrellarse contra la tapa. Mientras, los deudos permanecían con la mirada clavada en el hoyo. Ni una sola corona de flores, ni una lágrima, ni un ramo descuidado, ni un suspiro, ni un rezo, ni un gesto de desolación. Sólo el ruido del agua. Y, a lo lejos, el mar, embravecido y triunfante, levantado sobre sí mismo para que todos supieran que también él había acudido al entierro.
Ninguno de los presentes recordaba haber vivido un temporal semejante. Se había formado cinco días atrás, cuando el horizonte comenzó a llenarse de nubes que se ennegrecían a medida que se acercaban a tierra y alcanzaban la costa, alimentándose unas a otras, despacio, amenazantes, hasta formar una masa de nubarrones que encapotó el cielo de Cobas y se precipitó sobre las colinas donde se desperdigaba la aldea. Desde entonces, no había dejado de llover.
Una lectura sin duda recomendable. No le pondría un diez redondo porque en ocasiones el drama, las pasiones, las tragedias eran un poco demasiado para mi gusto, y además no he acabado de comulgar con ninguno de los personajes; ninguno se me ha hecho simpático del todo. Pero quizá ese es otro punto a favor de la novela, puesto que los personajes eran terriblemente reales, con sus fallos, sus debilidades y fortalezas, y con acciones muchas veces incomprensibles. ¿No somos un poco así todos en algún momento de la vida?
26 de diciembre de 2019
11 de diciembre de 2019
Sorteo aniversario Inquilinas de Netherfield
En el blog de Las inquilinas de Netherfield han organizado un tremendo sorteo (nada menos que siete libros) para celebrar que el blog cumple cuatro años. Sigue abierto hasta el viernes y los libros que sortean son preciosísimos, así que aún estáis a tiempo de participar. ¡Suerte!
6 de diciembre de 2019
Jane Eyre (Charlotte Brontë, Chan Crystal S., SunNeko Lee)
Hace unos meses me leí Jane Eyre por primera vez (ahora veo que no quedó constancia en el blog) y no pudo gustarme más. Así que cuando vi en El rincón de Marlau una versión en manga me picó la curiosidad, hasta tal punto que poco después me lo compré. Y así es como he leído Jane Eyre dos veces en un año, pero han sido dos experiencias muy distintas.
La dura infancia de Jane Eyre no ha conseguido doblegar su espíritu, y como muchas otras jóvenes sin fortuna, tiene que trabajar para ganarse el pan, por lo que acepta un empleo como institutriz en Thornfield Hall. Casi sin poder evitarlo se enamora del tutor de su pupila, el Sr. Rochester, ¿pero podrá su amor superar el terrible secreto que se oculta en esa casa?
Me da pena no haber conocido antes esta historia, porque seguro que a mi yo adolescente le habría encantado. Esa protagonista dulce pero con ideas claras, esa historia de amor que parece encaminada al éxito, esos acontecimientos que irrumpen en mitad del libro, que lo hacen todo añicos y que no me esperaba para nada, esos toques góticos en una mansión de campo inglesa... Este clasicazo tiene todos los ingredientes para gustarme y la verdad es que la novela no me decepcionó. Eso sí, admito que se me hicieron un pelín largos algunos pasajes, como la estancia de Jane en la escuela de Lowood.
En cuanto a la versión manga, admito que es el primer cómic de este estilo que he leído en mi vida (sí, sí) y me ha encantado la experiencia. Desde empezar a leer el libro por la última página, al estilo japonés, hasta ver que esos personajes de novela gótica han adoptado un aire a Candy Candy. La historia se ha condensado a la perfección y los personajes están recreados con mucho acierto (si bien tanto Jane como el señor Rochester son mucho más guapos de lo que deja entrever la novela...). El cómic se lee facilísimo, así que me parece una buena introducción al clásico de Charlotte Brontë, por ejemplo para adolescentes que no sean de leer mucho. Este libro seguro que les conquista y les lleva a animarse a leer la novela entera (o quizá no, pero al menos ya podrán decir que conocen la historia).
Cualquiera de las dos versiones de este clásico es una buenísima idea para regalar estas Navidades, ¿no os parece?
Me da pena no haber conocido antes esta historia, porque seguro que a mi yo adolescente le habría encantado. Esa protagonista dulce pero con ideas claras, esa historia de amor que parece encaminada al éxito, esos acontecimientos que irrumpen en mitad del libro, que lo hacen todo añicos y que no me esperaba para nada, esos toques góticos en una mansión de campo inglesa... Este clasicazo tiene todos los ingredientes para gustarme y la verdad es que la novela no me decepcionó. Eso sí, admito que se me hicieron un pelín largos algunos pasajes, como la estancia de Jane en la escuela de Lowood.
En cuanto a la versión manga, admito que es el primer cómic de este estilo que he leído en mi vida (sí, sí) y me ha encantado la experiencia. Desde empezar a leer el libro por la última página, al estilo japonés, hasta ver que esos personajes de novela gótica han adoptado un aire a Candy Candy. La historia se ha condensado a la perfección y los personajes están recreados con mucho acierto (si bien tanto Jane como el señor Rochester son mucho más guapos de lo que deja entrever la novela...). El cómic se lee facilísimo, así que me parece una buena introducción al clásico de Charlotte Brontë, por ejemplo para adolescentes que no sean de leer mucho. Este libro seguro que les conquista y les lleva a animarse a leer la novela entera (o quizá no, pero al menos ya podrán decir que conocen la historia).
Cualquiera de las dos versiones de este clásico es una buenísima idea para regalar estas Navidades, ¿no os parece?
La versión de Jane Eyre que me leí, un clásico ilustrado de Editorial Alma. |
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