Jóvenes encantadoras que cubren su hermoso rostro tras un tupido velo, caballeros inflamados de amor ante la sola visión de una mano nívea y unos rizos rubios, reverendos solemnes y adorados que se ven sometidos a las mayores tentaciones, monjes que ocultan inmensos secretos bajo sus capuchas, una monja ensangrentada que se aparece cual terrorífico espectro cada 5 años, traiciones en una posada en medio de un bosque desierto, exorcistas, monjas que planean su fuga del convento en secreto, visitas a cementerios a medianoche, enterramiento de huesos insepultos, rituales de hechicería a medianoche en la cripta de un cementerio, la Santa Inquisición... y todo ello con el saborcillo de las Leyendas de Bécquer que tanto me gustaban en mi adolescencia.
Hacía tiempo que no disfrutaba tantísimo con un libro, y encima ocurrió lo que más me gusta: llegó a mis manos de casualidad, y comencé a leer sin saber nada de la historia. Imaginaos cómo se me estiró el colmillo al leer este primer párrafo:
Apenas llevaba sonando la campana del convento cinco minutos, y ya se encontraba la iglesia de los capuchinos abarrotada de oyentes. No creáis que la multitud acudía movida por la devoción o el deseo de instruirse. A muy pocos les impulsaban tales motivos; en una ciudad como Madrid, donde reina la superstición con tan despótica pujanza, buscar la devoción sincera habría sido empresa vana. El público congregado en la iglesia capuchina acudía por causas diversas, todas ellas ajenas al motivo ostensible. Las mujeres venían a exhibirse, y los hombres a ver a las mujeres; a algunos les atraía la curiosidad de escuchar a un orador afamado; a otros el no tener otro medio de matar el tiempo hasta que empezase el teatro; a otros, el habérseles asegurado que era imposible encontrar sitio en la iglesia; y la mitad de Madrid acudía allí esperando encontrarse con la otra mitad. Las únicas personas verdaderamente deseosas de oír al predicador eran unas cuantas viejas beatas y media docena de oradores rivales, dispuestos a encontrar defectos y a ridiculizar el discurso. En cuanto al resto del auditorio, de haberse suprimido totalmente el sermón, nadie se habría sentido defraudado, y muy probablemente ni habrían notado la omisión.
Y a partir de aquí se inicia una desenfrenada aventura en la que convergen todos los temas que he mencionado al principio, y que he disfrutado como una enana. ¿Y cómo es que nunca había oído yo hablar de este libro? El monje, una de las obras cumbre de la novela gótica, vio la luz en 1796, y su autor la escribió a la tierna edad de 19 años (hay pasajes que se nota que han sido escritos por un adolescente, jajaja). Lewis era inglés —me sorprendió ver que esta novela está ambientada en Madrid— y escribió esta novela en diez semanas, mientras estaba muerto de aburrimiento trabajando en la embajada británica en La Haya. ¿No es maravilloso?
En definitiva, una lectura trepidante que te engancha desde las primeras páginas, en la que aparecen multitud de protagonistas y por un momento no sabes bien por dónde te va a llevar la historia, pero de repente convergen todas las tramas y a cada nuevo giro me iba quedando más alucinada. Yo me imaginaba que todo giraba en torno al monje Ambrosio, que era un personaje fuerte, carismático, noble, que debe enfrentarse a mil pruebas, un poco como Guillermo de Baskerville en El nombre de la rosa. Pero no, no van por ahí los tiros. Y ese final apoteósico... En fin, un libro que no solo se coloca directo entre los mejores de este año (junto con Crimen y castigo, que no me ha dado tiempo de reseñar pero me ha parecido un novelón), sino que pasa a formar parte de los libros de mi vida, ahí, sin ambages. Lo único que me da pena es no haberlo descubierto antes, porque mi yo de 16 años habría disfrutado tanto, pero tanto con este libro...
La maravillosa edición es de la colección gótica de Valdemar y firma la traducción Francisco Torres Oliver.
Lo leí hace muchos años y recuerdo que me encantó. Recuerdo esa sensación de no saber qué derroteros iba a coger la historia. Y una sorpresa tras otra. Tendría que volver a leerlo.
ResponderEliminarBesotes!!!
Exacto, era una sorpresa tras otra, para mí uno de los puntazos del libro ese no saber qué iba a pasar después. Yo estoy segura de que lo releeré (y lo recomendaré mucho).
Eliminar¡Besos!
Uauhhhh Rosa. Por un lado me encanta la editorial y por otro, vaya trama. Me lo apunto de cabeza. Gracias por la reseña. Besos
ResponderEliminar¡Espero que te guste! Yo lo disfruté como una enana. :D Y esta colección de Valdemar es una maravilla, ¿verdad?
EliminarBesotes.
Hola, Rosa. Me ha encantado tu reseña de el monje. Resulta que yo doy un curso en el que hablo de novela gótica (entre otras muchas cosas) y, sin embargo, no he leído aún esta novela (me apresuraré a hacerlo). Sobre lo de que transcurra en Madrid, es que una de las características de la novela gótica es que todo suceda en lugares "exóticos" (para los ingleses, claro) y de religión católica, que los ingleses encontraban perniciosa y decadente. ¡Voy a seguir husmeando por tu blog, que acabo de descubrir!
ResponderEliminar¡Qué interesante! Gracias por esos apuntes. Me encanta eso que comentas del curso en el que hablas de novela gótica. ¿Está abierto al gran público? Porque me encantaría saber más... Iré entrando en tu blog por si al final te animas a leer este libro, me encantará saber tu opinión. ¡Gracias por pasarte! :)
EliminarEl curso en cuestión se llama "Novela y sociedad en la época victoriana", y lo imparto en la Escuela de Escritura del Ateneo barcelonés (ahora en formato online, dadas las circunstancias). Pásate por su web si te interesa. Son dos horas por semana y tratamos de muy diversos temas.
EliminarSeguro que leeré El monje, a ver si puedo este mismo verano. Ya te contaré.
Ostras, me parece muy interesante, veo que la próxima convocatoria es en octubre, ¿no? Además el Ateneu ya lo conocía, hice dos o tres cursos de corrección hace muchísimo (unos 15 años) y me llevé una muy buena impresión en general. ¡Pues me lo voy a pensar! :)
EliminarHola!! Desconocía por completo esta novela y me has picado mucho la curiosidad por ella. Me la llevo bien anotada a mi lista de pendientes, creo que podría estar bien. ¡Genial reseña y gracias por el descubrimiento! Besos!!
ResponderEliminarMe alegro de que te la lleves anotada, creo que esta novela vale muchísimo la pena. ¡Ya contarás! :)
EliminarBesos.
Hola Rosa! estoy totalmente de acuerdo con todo lo que mencionas en esta reseña, he vivido una experiencia muy muy similar a la tuya con esta novela. La he leído hace nada, en Diciembre, y es que me ha sorprendido tanto... tantísimo!! que no entiendo cómo no la he leído antes, que en mi caso sí que la conocía de oídas (sin saber exactamente de qué iba) y además, había visto a gente hablar de ella que la recomendaban. Pues porque la leí con un grupito de amigos, que sino creo que no le hubiese dado la oportunidad. La primera vez que la vi mencionada fue en un libro de Jane Austen, en La abadía de Northanger si no me equivoco, recuerdo que busqué un poco de qué iba y tal, pero nada más. Ahí quedo. Luego como te comento, varias cuentas que sigo la habían mencionado, pero no sé yo tenía cierta reticencia a ponerme con ella, pero oye la compré y me uní a leerla con el grupito que te cuento y qué experiencia!!! me ha gustado mucho leerla. Creo que lo inesperado también ha hecho que aún me guste más. En fin,qué te voy a contar, que sin ser una novela perfecta es atrapante, valiente, trepidante incluso, con ese final como dices grandioso. Merece la pena sí, me alegro que la hayamos disfrutado ambas. Un abrazo.
ResponderEliminarPues yo antes de leer esta novela no conocía de su existencia, así que imagínate qué sorpresón. Y, mira, una razón más para buscar "La abadía de Northanger", que no la he leído todavía. ¡Me alegro de que la hayas disfrutado! Abrazos.
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