25 de diciembre de 2020

Canción de Navidad (Charles Dickens)

Un buen día —el mejor de todos los días del año: la víspera de Navidad—, el viejo Scrooge trabajaba afanosamente en su despacho. El tiempo era frío, áspero, destemplado y, además, brumoso; y él podía oír cómo las gentes que iban y venían por la plazuela jadeaban, se golpeaban el pecho con las manos y zapateaban sobre las piedras del pavimento para entrar en calor. Los relojes de la ciudad acababan de dar las tres, pero la oscuridad era ya completa: no había luz diurna, y las velas brillaban en las ventanas de las oficinas próximas como manchas rojizas en el aire espeso y oscuro.

Hace unos años llegó a mis manos una preciosa edición no venal bilingüe de Canción de Navidad, pero es una historia que no puede leerse en cualquier momento. No, quería empezar a leerla los días previos a la Navidad, y si era en Nochebuena mejor que mejor. Tras varios años sin encontrar hueco (diciembre suele ser infernal de trabajo y ajetreos varios), esta vez sí encontré el momento y acabo de terminarlo, justo la noche de Navidad.


Y qué razón tenía quien decía que es la lectura perfecta para estas fechas. Evoca a la perfección el espíritu navideño, el amor, el optimismo, la alegría, las buenas acciones... ¡e incluye un pavo que podría alimentar a una familia de 15 personas! Pero claro, no todo el mundo tiene ese espíritu navideño, así que la historia nos presenta a Scrooge, un avaro cascarrabias con un corazón de piedra que ha olvidado ese espíritu y que se complace en tratar mal a los demás y en acumular moneda tras moneda... hasta que recibe la visita de cuatro fantasmas (Marley incluido). Me ha encantado el ambiente que crea Dickens a lo largo de la novela, sobre todo con el fantasma de Marley y el del futuro: un ambiente gótico tremendamente conseguido que engancha hasta el final, y eso desde la primera y enigmática frase: «Marley estaba muerto; eso para empezar. No cabe la menor duda al respecto. El clérigo, el funcionario, el propietario de la funeraria y el que presidió el duelo habían firmado el acta de su enterramiento». También me ha gustado el retrato que pinta Dickens del día a día en aquella época, el frío que se cala hasta los huesos desde las primeras escenas, la alegría de las gentes humildes, la transformación de Scrooge... Es una novela redonda en muchos aspectos.

Aparte de la historia en sí, que tiene todos los ingredientes para que a uno le entre el espíritu navideño, lo que más me ha gustado es el lenguaje que usa Dickens; además, con esta edición bilingüe, que presenta original y traducción en paralelo, he podido analizarlo en detalle. Me han gustado los diálogos, rápidos y con frases memorables que tan bien se han adaptado luego al cine y al teatro, y los toques de humor y juegos de palabras que introduce Dickens aquí y allá. Es verdad que a veces se va un poco por las ramas con determinadas anécdotas, pero en conjunto es un libro que se lee fácilmente de Nochebuena a Navidad y condensa a la perfección esas características que la Navidad exacerba pero que todos los Scrooge deberían buscar también el resto del año; desde luego, resulta fácil entender por qué esta novela se convirtió en un clásico.

Una lectura ideal para diciembre que no dudaré en repetir otro año.




13 de diciembre de 2020

Los guardianes (John Grisham)

A estas alturas de mi vida lectora, sigo teniendo una larga lista de autores megaconocidos con los que no me he estrenado todavía. Hoy tacho de mi lista de pendientes a un autor con una carrera tan dilatada y prolífica como John Grisham, y estoy segura de que esta no será la última novela que lea de él. ¡La he disfrutado como una enana!

Cullen Post es un sacerdote y abogado al frente del Ministerio de los Guardianes, una pequeña organización sin ánimo de lucro que lucha contra sentencias injustas y recorre el país tratando de reabrir los casos de los olvidados del sistema, esas personas que llevan décadas en prisión e incluso en el corredor de la muerte pese a que son inocentes.

Su último caso le lleva hasta Quincy Miller, que está en la cárcel desde hace 23 años cumpliendo una cadena perpetua. Quincy en teoría mató a Keith Russo, un abogado de Seabrook (Florida). Sin embargo, las pruebas fueron amañadas y los testigos estaban comprados por la policía. Miller fue solo un negro en un estado sureño de EE. UU. que usaron como cabeza de turco. Pero, a medida que escarba en el pasado, Post se da cuenta de que el caso de Miller va a sumergirlo en un mundo peligroso: quienes mataron a Keith Russo eran personas con mucho poder, y no quieren que Quincy Miller sea liberado de la cárcel y, con él, salga a la luz lo que hicieron.

Leo por ahí que la trama no es la más original, pero yo me he sentido atraída por la historia desde la primera página. Me ha gustado muchísimo el protagonista, Cullen Post, magníficamente perfilado: una persona diligente y dedicada, que trabaja incansable por limpiar el nombre de sus representados (no digo clientes porque Post no les cobra por sus servicios). Todos los personajes secundarios son también magníficos: Vicky, Mazy, Frankie, Quincy... Vamos, Grisham ya tiene el armazón montado para seguir publicando libros con las aventuras del Ministerio de los Guardianes. ¡Espero que tengamos otra novela con más casos de Cullen Post!




Me ha gustado mucho la forma de narrar de Grisham, aunque recomiendo tener al lado un papelito donde apuntar quién es quién porque no es este un narrador paternalista que te explique cincuenta veces quién es cada personaje nuevo que aparece (y se agradece). Pese a que entra en la historia en detalle, este es un libro de esos que no puedes soltar, pues el lector enseguida siente el dilema de Quincy Miller y Cullen Post, la impotencia por los que han sido condenados injustamente y la sensación de que hay que actuar rápido para que esa persona no pase ni un solo día más en la cárcel. Además ha habido escenas graciosas que no me esperaba para nada y son más que bienvenidas en un libro de este tipo, como esa en la que Cullen y su colaborador Frankie entran en una casa aparentemente encantada. 

Los Guardianes es uno de esos libros que te dejan pensando en la gente inocente que hay tras las rejas, condenada en juicios por crímenes que no cometieron. ¿Cuántas de esas personas se verían libres hoy en día gracias a pruebas de ADN? ¿Y quién se tomaría el tiempo de demostrar su inocencia? Para el sistema esas personas están olvidadas, ya hubo un juicio y se encontró un culpable décadas atrás, por lo que no hay mucha gente dispuesta a defender su causa. El lector se verá sopesando estas cuestiones tiempo después de terminar el libro.

La inspiración de Grisham para escribir este libro proviene de dos fuentes: el personaje de Cullen Post está basado en Jim McClosky, de los Centurion Ministries de Nueva Jersey (el propio Grisham forma parte de esa asociación), y la trama de Los Guardianes se basó en la historia real de Joe Bryan, que fue acusado injustamente de matar a su mujer en Texas en 1985.

En fin, dicen que este libro es Grisham en su mejor forma. Si buscáis un buen libro para regalar estas Navidades, con entretenimiento a raudales y su dosis de crítica a la sociedad, Los Guardianes es una apuesta segura.

7 de diciembre de 2020

Sorteo aniversario de Las Inquilinas de Netherfield

El blog de Las Inquilinas de Netherfield está de aniversario (¡5 años!) y sortean nada menos que 6 libros. Como el año pasado tuve mucha suerte y me tocó un libro, voy a probar suerte de nuevo. ¡Animaos vosotros también! 

Tenéis todas las bases aquí:




¡Tenéis tiempo hasta el 11 de diciembre!