En una ciudad de provincias durante la posguerra española, un camarero de pasado oscuro decide chantajear al jefe local de Falange. Lo que no imagina es lo que esa extorsión provocará en un lugar donde todos sospechan de todos y donde la traición y la venganza están a la orden del día. La violencia y la fatalidad se dan la mano en Los días de mercurio, en la que Alexis Ravelo vuelve a mostrarnos lo peor del ser humano en una novela dura, rápida e incómoda que homenajea a autores clásicos del género negro como James M. Cain y Jim Thompson.
Estamos en un pueblo español, del que no tenemos muchos datos (¿cerca de Zaragoza?), en plena posguerra. Pedro se oculta tras un nombre falso y un trabajo de camarero en un bar en el que pasa desapercibido. Vive precariamente en una pensión y deja pasar los días, pues sabe que su estancia allí es solo temporal. Sueña con marchar lejos, fuera de España a ser posible, y empezar una nueva vida. De vez en cuando le asaltan pensamientos con escenas de su pasado en el frente, pero aunque cometió atrocidades apenas tiene remordimientos.
Su trabajo tras la barra de un bar le permite ser testigo privilegiado de varias escenas entre tres personajes de las que más adelante decide sacar partido: chantajeará a uno de ellos, le sacará los cuartos y con ese dinero saldrá del país. Incluso tiene pensado proponerle a su amante, una joven casada, que huyan juntos.
... habría lo suficiente para conseguir documentación nueva para Pilar y para mí, pagarnos el viaje a Francia o a Italia y cambiar completamente de vida, lejos de este país de mierda, con sus uniformes grises, sus señoras con mantilla y rosario, sus cielos de mercurio en invierno y de fuego en verano.
Sus pocos escrúpulos, su inteligencia y algo de suerte harán que poco a poco vaya encaminando su plan. Si lo consigue o no se desvela ya muy al principio de la trama, pues el libro está narrado en primera persona y Pedro ya nos deja caer dónde está en el momento de contar su historia, aunque no es algo que le reste intriga a la narración.
Conocí a Alexis Ravelo con su magnífica novela La estrategia del pequinés, que por cierto os recomiendo encarecidamente, y cuando salió esta novela en Masa Crítica de Babelio no dudé en solicitarla. Lo cierto es que no es una novedad, pues se publicó en el 2010 en otra editorial, pero ahora Alrevés ha decidido con acierto añadirla a su catálogo.
Pese a ser una novela breve, Ravelo no necesita más para hacer que sus personajes cobren vida y dibujar tanto su presente como su pasado con unas breves pinceladas. Aunque fue una de sus primeras novelas, ya entonces quedaba patente el estilo rápido y descarnado característico del autor, con abundantes escenas de sexo y violencia.
Entonces, ¿me ha gustado o no Los días de mercurio? La recomiendo muchísimo si os gustan las novelas negras, porque Ravelo sabe armar sus historias como nadie. El único pero que le pongo es que en esta novela negrísima es muy difícil empatizar con el protagonista. Seguro que tampoco era la intención de su autor, pero es que en más de una escena daban ganas de retorcerle el cuello. Sin embargo, el personaje está magníficamente construido y es un narrador excelente que nos transporta directos a aquellos inciertos días de la posguerra española. En la balanza, pues, prima el sí: me ha gustado esta propuesta de Alexis Ravelo y no dudaría en recomendarla.
Por cierto, en Los días de mercurio hay un pequeño homenaje a aquellas novelas de gánsteres o del Oeste que se vendían por un duro que tan populares fueron hace unas décadas. Termino con una cita del libro que me gustó mucho:
Sobre este escritorio y sobre la mesilla de noche había siempre novelas baratas de misterio, de gánsteres o del Oeste, que un cambista a domicilio me iba renovando cada quince días, con nuevas entregas del comisario Maigret, Perry Mason o los vaqueros de Marcial Lafuente Estefanía.
Yo las devoraba por las noches, cuando los rostros de los muertos se me aparecían para ahuyentar el sueño y las preguntas se encadenaban unas con otras para tramar una red en la que me quedaba atrapado. Entonces, aquellas noveluchas me ayudaban a no pensar. Si algo echo de menos es precisamente eso: poder comprar cien páginas de olvido por solo un duro.
Me encantó esta novela cuando la lei hace un par de años. Sigo a Alexis Ravelo hace bastante y he leído todas sus novelas (me debe de quedar alguna de las juveniles). No sé si sabes que Los días de Mercurio, junto a La noche de plata, fieman una bilogía llamada La iniquidad. Las compré en Kindle y las leí de un tirón. No tienen nada que ver una con otra ni en trama ni en personajes, pero ambas son muy buenas.
ResponderEliminarUn beso.
Yo una que recomiendo muchísimo de Ravelo es "La estrategia del pequinés". Menudo novelón. Qué pena que haya fallecido, pobre hombre, tan joven...
EliminarBesos.
De Ravelo solo he leído una novela y me gustó mucho. Muy de acuerdo en lo que comentas sobre su estilo. Y con respecto a no empatizar con el protagonista, imagino que el autor buscaba precisamente eso, que al lector le entraran ganas de abofetearlo, jejjeje. Un título interesante. Besos
ResponderEliminarSí, seguro que Ravelo buscaba justo esa emoción en el lector. ¡Y vaya si lo consigue!
EliminarUn beso, Marisa.
Pues no conocía esta novela del autor. He leído otras que me han gustado mucho así que tomo buena nota de ésta, aunque no se termine de empatizar con el protagonista, pero al menos no te deja indiferente.
ResponderEliminarBesotes!!!
Estoy respondiendo a los comentarios de esta entrada en febrero, después del fallecimiento del autor, y me da una pena tremenda. Tan joven, tanto talento... En fin, nos queda su obra.
Eliminar¡Besos!