29 de agosto de 2024

Madrebona (Pilar Sánchez Vicente)

Año 4500 a.C. Ekro disfruta de una vida apacible y tranquila en la isla de Creta hasta que una horda de invasores asesina a su familia y lo somete a esclavitud. Así da inicio una prolongada travesía que lo llevará a distintos enclaves del Mediterráneo y la península ibérica. Sin un lugar al que volver, Ekro viajará a terrenos ignotos, será testigo de cruentas batallas y descubrirá el amor y la amistad. En su recorrido salvará del linchamiento a una niña acusada de estar maldita y que se convertirá en su compañera de viaje hasta el final.

Madrebona es el nombre de una cala y de una reina, pero también el de la Diosa Madre, cuya voz guiará los pasos de Ekro durante su largo y arriesgado periplo. Con esta emocionante y entrañable historia de aventuras, Pilar Sánchez Vicente nos sumerge en un pasado remoto en el que nuestro protagonista deberá afrontar numerosas vicisitudes y enfrentarse a los conflictos de un mundo en constante cambio.



Hoy traigo la reseña de la última edición de Masa Crítica, en la que me tocó este libro que ya me había llamado la atención por redes sociales. Os cuento qué me ha parecido Madrebona.

Pilar Sánchez Vicente nos presenta en su más reciente novela una historia llena de aventuras ambientada en la Edad del Cobre, con Ekro como protagonista. Convertido en esclavo desde niño, cruzará el Mediterráneo en diversas aventuras y no todas le saldrán bien; de hecho vivirá auténticas desgracias. Ekro se convierte en buhonero, un comerciante ambulante y, a través de su mirada, somos testigos de la expansión de diversas innovaciones tecnológicas y culturales que se difunden desde Mesopotamia hasta la península ibérica. Más adelante, se establece en la cala que da nombre al libro, donde forma una familia peculiar. El propio Ekro nos narra la historia de su vida desde su presente, en compañía de un improvisado amigo mientras comparten la cena junto a una hoguera.

Es evidente que la autora tiene una sólida formación en historia, ya que nos transporta con facilidad a la época neolítica y entrelaza en la trama el cambio de creencias que se dio en la Edad del Cobre, desde un panteísmo primitivo y un culto a la naturaleza hasta la aparición de deidades con características humanas. El comercio en el Mediterráneo también juega un papel importante, representado especialmente por los cananeos y los buhoneros, el oficio de nuestro protagonista.

Uno de los grandes aciertos de «Madrebona» es la manera en que la autora consigue integrar hechos históricos y datos antropológicos sin que la narración pierda su ritmo y fluidez. Sin embargo, me hubiera gustado que no hubiera sido tan fidedigna en un aspecto en concreto, y es el de los abusos a niños. Esas escenas entiendo que se produjeron en la realidad y quizá no tiene sentido edulcorarlas, pero me resultaron tan duras que aún me acuerdo de ellas de vez en cuando y, la verdad, ¡hubiera preferido no leerlas!

Por supuesto, estas escenas son muy puntuales en la trama, así que si no te molesta leer detalles de este tipo, el resto de la novela es muy recomendable, con un ritmo constante de aventuras que mantiene el interés hasta el final. Al llegar a la última página, es difícil despedirse de Ekro y de su pequeña familia. Te sumerges tanto en su historia que sufres junto a los protagonistas en cada episodio, y para mí este es uno de los mayores elogios que se le puede hacer a una novela, ¿no?

En algunos pasajes me recordaba (salvando mucho las distancias) a El clan del oso cavernario. Si os gustó esa lectura, creo que disfrutaréis mucho también con una novela como Madrebona.



12 de agosto de 2024

Ferrándiz, el matamujeres (Cruz Morcillo)

La colección SinFicción de la Editorial Alrevés me llamó la atención desde que salieron los primeros títulos. De hecho, ya tengo leído y reseñado El celador de Olot, de Matías Crowder. Podéis leer mi reseña aquí, pero ya os adelanto que es un caso espeluznante sobre el asesino más prolífico de España en el siglo XXI, contado al detalle pero con mucha sensibilidad. Lo recomiendo muchísimo.

El otro libro que tengo de esta colección es Hágase tu voluntad, de Vanesa Lozano, que narra el periplo de Patricia Aguilar, abducida por el gurú de una secta y que acabó esclavizada en una selva de Perú. Como últimamente leo poco, aún no he podido hacerle un hueco, pero le tengo muchísimas ganas porque la historia de Patricia me parece increíble y digna de ser escuchada.

Y así llegamos al libro de hoy, Ferrándiz, el matamujeres, de Cruz Morcillo, que es el libro número 16 de la colección SinFicción. Carolina del blog Libros por doquier organizó un sorteo y lectura conjunta y tuve la suerte de que me tocara, porque este caso es fascinante. Os cuento mi opinión.

Estamos en Castellón en 1995. La ciudad está empapelada con los carteles de una chica desaparecida, Sonia Rubio. Nada se sabe de aquella joven que acababa de terminar Filología Inglesa desde que desapareció el 2 de julio a las cinco de la madrugada. Chica joven que vuelve a casa de fiesta y que se esfuma sin dejar rastro... 

Finalmente, un paseante encontró el cadáver de Sonia en un campo de la provincia de Castellón, y tras este siniestro hallazgo se encontraron cuatro cadáveres más, tres de ellos de prostitutas a las que muy poca gente echó de menos, por lo que habían pasado más desapercibidos.

Cuando unos años más tarde por fin se capturó al asesino, nadie daba crédito. Joaquín Ferrándiz era el hijo perfecto, un empleado sin tacha, un hombre muy correcto, apuesto, inteligente y formal, con una vida totalmente anodina de día, pero que de noche se convertía en un asesino: mató a cinco mujeres en Castellón entre 1995 y 1996 y agredió a otras tres en los años anteriores y posteriores.

Cruz Morcillo, periodista especializada en sucesos, se ha sumergido en esta historia y nos trae el análisis pormenorizado de los hechos que tuvieron lugar, la investigación de la policía, la llegada de la UCO (entonces incipiente) cual Séptimo de Caballería y los pasos que dieron entre todos, Policía, Guardia Civil, fiscales, abogados y psicólogos, para recabar las pruebas que acabarían mandando a aquel hombre frío y astuto a la cárcel.

Si os interesan los libros que analizan delitos y asesinatos, os recomiendo encarecidamente este. A mí, aparte de mi interés por el true crime, este libro me ha calado hondo porque el caso ya lo conocía: en 1995 llegué con 18 años a Castellón a estudiar en la universidad, recuerdo haber visto los carteles por la calle, y de hecho más tarde me enteré de que frecuenté las mismas discotecas por las que rondaba Ferrándiz en busca de su siguiente presa. En fin, mejor no darle muchas vueltas... 

Solo un apunte más: a este tipo de libros me aproximo no como si leyera una novelita, sino con el respeto que se merecen los casos reales que hay detrás y a modo de recuerdo hacia las víctimas. La propia Cruz Morcillo dedica el libro a ellas, las víctimas, tanto las fallecidas como aquellas que sí pudieron contarlo, y con eso hay que quedarse, no con el morbo que puedan dar los detalles en sí. Dicho esto, una lectura que de verdad recomiendo.