Publicar hoy una novela no tiene nada que ver con lo que era hace unos años. En la actualidad las redes sociales son las protagonistas y, si no tienes una fuerte presencia en ellas, es probable que pases bastante desapercibido. Lo que traigo hoy es algo así, pero llevado al extremo: este libro fue subido por capítulos a ForoCoches, donde su autora era forera asidua, y lo escribió entero desde su móvil (hago una pausa dramática porque este dato me parece digno de admiración). Se generó un hilo que atrajo nada menos que 200.000 visitas y 6.000 comentarios (estas cifras probablemente sean ya más altas) y hubo una editorial muy avispada que se dijo que tenía que aprovechar ese tirón y publicar el libro en formato físico.
¿Y qué es lo que cuenta esta chica para haber atraído una atención así? Pues lo que ocurrió los 37 días que Ana/Sydney, una abogada de 32 años, pasó ingresada en una planta psiquiátrica tras haber intentado suicidarse tirándose de un puente. Cuando le dieron el alta en el hospital y vio que no se iba a casa, sino que la metían en un psiquiátrico, pensó que tenía ante sí los peores días de su vida. Sin embargo, lo que encontró fueron risas, locuras (claro), empatía, ternura y nuevas amistades de vínculos inquebrantables.
Es un libro que se devora no solo por lo que cuenta (saber anécdotas de un psiquiátrico siempre despierta curiosidad...), sino por la voz particular de la narradora: prosa muy ágil, mucho sentido del humor y un lenguaje tremendamente forocochero. De hecho, esa es una de las pocas pegas que puedo ponerle al libro: no sé hasta qué punto va a envejecer bien: me partía cada vez que Sydney terminaba una frase con Hulio, pero ¿se entenderá el chascarrillo dentro de cinco años? Mi madre se perdería montones de referencias, ¿disfrutará ella de este libro igual que lo he hecho yo?
Por un momento, temí que la autora se escudara demasiado en el sentido del humor y tendiera a frivolizar tanto su estancia como el tema de las enfermedades mentales, pero pasados los primeros capítulos vemos que no es así: al contrario, la autora logra un buen equilibrio entre narrar estos temas con sensibilidad y contarlo de una forma que enganche al lector. También es muy valiente cómo Sydney se abre por completo en este libro, cuenta sus problemas del pasado (la relación con su madre me pareció desgarradora) y confiesa sus enfermedades y recaídas, al tiempo que afronta con valentía el futuro.
A medida que avanzamos en la lectura es inevitable tomar cariño a los personajes del libro, tanto a las enfermeras (como Alicia) que realizan bien su trabajo y son un tremendo apoyo para los pacientes, como a los enfermos de la planta: Lolo, Chema, Nati, Naiala... Para algunos la historia termina bien, para otros no tanto, pero todos reflejan la lucha titánica que es tener una enfermedad mental y que, detrás de eso, en realidad son personas como cualquiera de nosotros. Este creo que es uno de los puntos principales que pretendía esta novela: desestigmatizar las enfermedades mentales, hacernos ver que detrás de los enfermos hay personas que ríen, lloran y sienten, y que en definitiva son de carne y hueso.
Una lectura que recomiendo muchísimo, con la que lloraréis y reiréis a partes iguales. Haceos con esta novela si podéis: todos los personajes se harán un huequito en vuestro corazón.
Y a la autora le mando un fuerte abrazo y le envío mis mejores deseos.
Pues no era una novela que me llamara la atención, pero ahora has conseguido picar un poco mi curiosidad. Tampoco sabía cómo había sido escrita. Curioso.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo la verdad es que no sabía qué pensar cuando inicié la lectura y acabé francamente enganchada. Encima se supone que todo lo que cuenta es real, con lo cual acabas con el corazón encogido pero echándote unas risas al mismo tiempo. Ese equilibrio lo consigue muy bien.
Eliminar¡Besos!