Imagínate que tienes doce años, vives en un pueblo y sientes que no encajas... Tras un tiempo de preguntas, de búsqueda y de diálogo interior, descubres que lo que más te atrae es el islam y haces todo lo posible por acercarte a esa cultura. Huelga decir que el camino que tienes por delante no va a ser nada fácil...
Esta es la propuesta que traigo hoy: un libro autobiográfico en el que Raquel, su protagonista, nos cuenta lo que la llevó a convertirse al islam. El relato arranca cuando Raquel tenía 12 años, y conoceremos a una niña totalmente normal, estudiosa, aplicada y de ir a misa los domingos con su abuela Cloti, a quien unía un estrecho vínculo. Cuando Cloti muere, Raquel se siente perdida, empieza a alejarse de la religión católica y busca otros referentes. Sin saber muy bien ni cómo, se siente atraída por la cultura islámica, y en este libro nos cuenta la lucha que tuvo por delante a partir de ese momento: se enfrenta primero a sus propias dudas (Raquel intentará seguir caminos más «convencionales»), y luego a las de su entorno, pues sus padres no entienden ese cambio que se está produciendo en su hija, y la gente del pueblo aún menos. Su curiosidad natural hace que se sienta muy atraída por la comunidad marroquí del pueblo, pero tampoco parece fácil adentrarse en su cultura a una edad tan temprana y a menudo Raquel no sabe a quién recurrir para hallar respuesta a todas las dudas que la acucian (por ejemplo, cómo se hace el Ramadán o cómo ponerse el velo).
Raquel (que más tarde pasaría a llamarse Laila) nos cuenta de una forma sencilla, natural y sincera no solo cómo se convirtió al islam, sino cómo fue su proceso personal de entrada al mundo adulto, venciendo sus propias dudas y superando las dificultades que se interponían en su camino, pero siempre con la idea clara de que no iba a dejarse seducir por seguir caminos quizá más fáciles, pero con los que no se sentía identificada. Llama la atención el hecho de que se mantuviera tan firme en unos años —los de la adolescencia— en los que nos afecta tanto la opinión de los demás y por encima de todo queremos no destacar. Raquel supo mantener su personalidad y tuvo claro que no iba a renunciar a sus convicciones, que cada vez sentía más fuertes en su interior, por adaptarse a unos determinados convencionalismos.
La única pega que le pondría es la distancia que la autora parece poner con su propia historia. Me habría gustado quizá algo más de calidez, algún cambio de ritmo, un punto emocionante al final de la historia que me ayudara a acabar de conectar con ella. Da la impresión de ser una persona muy seria, y sin embargo creo que no es así, al menos por lo que he podido ir viendo en las redes. De todas formas, para ser una primera novela es un texto muy bien escrito y que, por cierto, ha sido revisado con meticulosidad, cosa que se agradece, pues la corrección final es un tema que a menudo pasan por alto los libros autopublicados. Esto no pasa en Un velo de libertad, una novela cortita muy recomendable que se lee fácilmente en un suspiro.
Pues me podría animar si se cruza. Aunque me va a pesar esa falta de calidez, esa distancia...
ResponderEliminarBesotes!!!
A mí la verdad es que la historia me gustó, me producía curiosidad. Eso de la distancia ya sería para nota, pero aun así es una lectura que se disfruta.
EliminarGracias por pasarte, ¡besos!
Hola guapa!
ResponderEliminarMe parece un libro con una historia interesante aunque ahora mismo no es lo que busco para leer.
soy nueva por aquí, me quedo y te invito al mío.
−Fantasy Violet−
Besotes! ♥
Desde luego, cada lectura tiene su momento... Ya me he pasado por tu blog, ¡nos vemos por las redes! :)
EliminarBesotes
Jo, qué interesante suena...Me gustaría leerlo. Me parece que el paso de una búsqueda de Dios a otra, por medio de creencias diferentes, me llama mucho la atención. Imagino que lo contrario también sucede...Lo buscaré.
ResponderEliminarUn abrazo grande
Desde luego es algo que no vemos muy a menudo y tomar un paso así requiere de un valor poco común. ¡Te animo a leerlo!
EliminarBesos.