Este libro me llamó la atención por las redes y, fiel a mi costumbre de saber lo menos posible de la trama, solo necesité leer este fragmento de la contra para comprarlo:
Una madre mata a sus gemelos. Otra mujer, la narradora y protagonista de esta historia, está a punto de dar a luz. Es escritora, y se da cuenta de que conoce a la autora del infanticidio. Su obsesión se dispara. Pide una excedencia pero no para criar, sino para crear. Para investigar y escribir sobre la verdad oculta tras el crimen.
Hoy traigo Las madres no, de Katixa Agirre, publicada por Editorial Tránsito.
Me gustan mucho las novelas que exploran el tema de la maternidad (Tenemos que hablar de Kevin, La semilla del diablo o El instinto son algunas que me vienen a la mente). Es algo curioso, porque no creo que sea un tema con el que tengo cuentas pendientes en absoluto, pero es verdad que es un asunto visceral que da para muchas disertaciones y puede tratarse desde muchos puntos de vista, todos ellos apasionantes. Este libro de Katixa Agirre (Vitoria, 1981) se abre con la noticia de una madre que mata a sus mellizos de 10 meses, y por lo tanto a priori trata el tema desde el punto de vista del infanticidio.
La protagonista conoció a Alice en su etapa universitaria. Desde entonces perdieron el contacto, pero se pregunta qué pudo pasar por la mente de aquella mujer, con quien no conectó especialmente, que parecía un poco fría y distante, para ahogar en la bañera a sus hijos aquel jueves de verano. ¿Fue pura maldad? ¿Depresión posparto que culminó en un episodio de psicosis? Nuestra protagonista, que es escritora y también ella acaba de dar a luz, decide que su próxima novela girará en torno a este asunto, y para ello decide aparcar su propia maternidad para explorar la de su antigua amiga.
Como no quise leer mucho de la trama me quedé solo en la madre que mata a sus hijos y que la novela se narra a ritmo de thriller, así que quizá me esperaba una cosa y al final ha sido otra. Sí, se narra el pasado de Alice, su lucha por tener hijos que finalmente vinieron por FIV, lo que pudo ocurrir el atroz día de los asesinatos, así como los meses posteriores y el juicio. Pero el libro es casi más un ensayo sobre la maternidad desde el punto de vista de la narradora. Esta explora las aristas de la maternidad según su propia experiencia, cómo te cambia y dejas de ser la mujer de antes para cuidar de esa personita que te necesita. La pareja pasa a un segundo plano, la vida profesional también, por no mencionar la vida sexual, y si te rebelas de ese camino marcado eres señalada. También habla bastante de cómo conjugar esa nueva faceta como madre con el oficio de escribir. Además, sabremos de madres en la historia que abandonaron a sus hijos, una pequeña historia del infanticidio, notas sobre la depresión posparto...
Dicho esto, es una lectura que he disfrutado un montón. Aunque no me ha parecido un thriller, me leí de un tirón todos los apuntes que plantea sobre las luces y las sombras de la maternidad, hiladas en una trama que deja en el aire más preguntas que respuestas. Es una lectura breve que en apenas 200 páginas condensa muchísimos temas para la reflexión.
El original se escribió en euskera y lo ha traducido la propia autora.
La madre malvada versus la buena escritora: otra disociación. Una checklist incompleta.
√ La buena escritora se encierra en su cuarto y no abrirá la puerta aunque el niño la aporree. Llore o suplique, la buena escritora resistirá. Usará tapones. Pondrá un pestillo extra. Está escribiendo.
√ La buena escritora contrata niñeras para que estén con el niño mientras ella escribe.
√ La buena escritora usa su propia maternidad como materia prima de su literatura, aunque mientras está escribiendo no pueda ejercer de madre.
√ La buena escritora lee libros sobre la teoría del apego, sobre la fisiología del parto, sobre métodos de crianza en la antigua Grecia. No ve que el niño se ha caído del tobogán porque tiene la cabeza metida en un libro.
√ La buena escritora, cuando coge a su cachorro en brazos por primera vez, en la misma sala de partos, ya está pensando en cómo describir el momento de una manera original.
√ La buena escritora es capaz de comentar Madame Bovary desde una perspectiva de género, explicando por qué el deseo sexual de la mujer y su falta de instinto materno son en realidad dos caras de la misma moneda.
√ La buena escritora ha llegado en ocasiones a envidiar a Emma Bovary, que dejaba a su hija recién nacida con un ama de cría y solo la visitaba algunos domingos, pocos en realidad.
√ La buena escritora se pregunta si sus hijos le perdonarán algún día el hecho de ser tan buena escritora.
√ La buena escritora, en realidad, querría ser un hombre.