Hoy toca publicar mi reseña de la lectura conjunta iniciativa de Xula en su blog Caminando entre libros, así que vamos allá. Antes de nada, gracias a Xula por organizarla y al autor, Antonio Lagares, por el libro.
Voy a empezar haciendo algo de lo que reniego habitualmente y es copiar el resumen que consta en Amazon. El motivo es asegurarme de que no destripo la trama y de que lo resumo sin equivocaciones, porque me ha costado seguirle el hilo. Esta es la sinopsis:
La mente es un laberinto sin salida para cualquier elemento perturbador que intente profanarla. Para Élyran, la rastreadora, no lo es. Ella consigue extraer de lo más profundo lo que nunca queremos recordar… Todo lo que tratamos de ocultar a nuestra conciencia.
Élyran tiene una nueva misión: rastrear la mente de Miguel, un vagabundo que permanece aferrado a estar siempre cerca de una iglesia ¿Lo logrará?
Luego de cuatro ediciones del libro Obsesión. Relatos entre el amor y el odio, el escritor español Antonio Lagares retoma con la novela La Rastreadora el tema de la porosa frontera de la mente humana entre el bien y el mal, entre la demencia y la cordura.
Las reseñas de este libro en la red eran todas muy positivas, incluso exaltadas, así que lo empecé con mucha curiosidad y muchas ganas. No obstante, me desinflé muy pronto: me temo que pertenezco a esa pequeña minoría que no ha conseguido cogerle el punto al libro. Le he puesto toda la voluntad del mundo, pero no he logrado engancharme ni cuando iba por la mitad: la trama me ha parecido confusa, quizá no muy bien conducida; el tema, raro, y no ha conseguido despertar en mí un verdadero interés; los diálogos, que abundan en el libro, son pesados como losas y muy, muy repetitivos; en cuanto a los personajes, no he empatizado con ninguno de ellos. Un poco antes de la mitad del libro ya estaba deseando terminarlo y pasar a otra cosa, y eso no es muy buen síntoma...
Como aspecto positivo puedo decir que el texto está corregido y muy pulido, ¡quizá más de lo que pulen sus textos algunas grandes editoriales! Esa es siempre la sospecha que tengo cuando me enfrento a un libro autoeditado como este, pero no: la labor de corrección ha sido cuidada. Sin ir más lejos, ahora estoy leyendo un libro de Edhasa que contiene bastantes más erratas.
Pese a que a mí no me ha gustado, lo que está claro es que la mayoría de las reseñas de esta novela que hay en la red son muy positivas, así que quizá sí lo recomendaría, y que cada uno juzgue por su cuenta.
Soy de los que piensan que es bueno, y comprendo tu forma de pensar porque es un libro poco comercial y de extremos, o te gusta o no te gusta. Lo que he visto pocas personas se quedan en medio.
ResponderEliminarBuena reseña.
Un saludo.
Tienes razón, por las reseñas que he leído este es un libro de extremos: hay defensas apasionadas y rechazos contundentes. Ahí radica el encanto de la lectura, ¿no? Me alegro de que tú sí lo disfrutaras. ¡Gracias por pasarte!
ResponderEliminarA mí tampoco me ha gustado, me ha parecido un pequeño despropósito.
ResponderEliminarBesos,
Coincido contigo, Carmen. ¡Gracias por pasarte! (Me encanta tu blog.) Besos.
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