Butter es un adolescente obeso (190 kg, nada menos) y acomplejado que un día, cansado de los atracones de comida que se pega y de que todo el mundo le ignore, decide poner un anuncio en internet: la noche de fin de año, se conectará para retransmitir en directo cómo come hasta morir.
“You think I eat a lot now? That’s nothing. Tune in December 31st, when I will stream a live webcast of my last meal. Death row inmates get one. Why shouldn’t I? I can’t take another year in this fat suit, but I can end this year with a bang. If you can stomach it, you’re invited to watch . . . as I eat myself to death. —Butter” (página 3)
Quizá Butter solo pretendía llamar la atención y no esperaba más que burlas o pena por parte de sus compañeros de instituto (que normalmente le ignoran), pero en realidad se encuentra con que los chicos populares del instituto, impresionados por su morbosa hazaña, empiezan a animarle, lo acogen entre sus filas e incluso le dan ideas para «el último menú». Y por primera vez Butter siente algo parecido a la popularidad y la aceptación en los pasillos del instituto... algo que le hace sentir fenomenal.
Popularity was like a drug – one taste and I was hooked. (página 158)
Sin embargo, se supone que sus compañeros deberían mostrarse preocupados por él (al fin y al cabo, ¡su plan termina en suicidio!), pero, salvo un par de tímidas voces en los pasillos del instituto, el resto solo quiere reunir las palomitas y ponerse en primera fila para ver si Butter será capaz de hacerlo... o no. Por mucho que de repente sea uno de los chicos populares del instituto, estas nuevas amistades parecen solo un espejismo... pero ¿sabrá Butter verlo a tiempo?
I thought about the night I'd started the website. I'd embarrassed myself at school; I was angry at Mom and Dad and the Professor for thinking they could fix me; I was fighting back against that damn 'most likely' list. I wanted people to see my threat and feel guilty. I didn't expect them to believe it. And I sure as hell didn't expect them to like me for it. (página 297)
Me encanta la literatura juvenil porque creo que entre sus filas se pueden encontrar auténticas joyas. Este libro puede gustar a chavales de 15 años porque es la típica novela ambientada en los pasillos de un instituto, pero los adultos también disfrutarán con las vivencias de Butter a lo largo de unas intensas semanas en las que llegará al límite. Es una novela que trata del acoso escolar, pero no el habitual, sino el que a veces viene de quienes consideramos nuestros amigos y en realidad no lo son tanto, pero que aceptamos porque queremos sentirnos parte del grupo. También se tocan otros temas como los primeros amores, la simulación de identidades online y la pasión que siente Butter por tocar el saxofón en la naturaleza, un hobby que constituye su única vía de escape.
Por último, es un libro que nos permite ver la lucha diaria a la que se enfrentan las personas obesas (las miradas, la lucha por perder peso, recurrir a la comida como consuelo, la gente cercana que te da comida en lugar de ayudarte...) y también lo chunga que es la etapa del instituto, especialmente cuando destacas físicamente por lo que sea y al malote de la clase le da por tomarla contigo.
Nada, una lectura que me ha entusiasmado y os recomiendo encarecidamente.
¡Ah! También está publicada en español, nos la trajo Naufragio de Letras con traducción de Natalia Aróstegui.
29 de junio de 2019
14 de junio de 2019
La fragilidad del crisantemo (José Vicente Alfaro)
Dos hermanos pequeños se sumergen en la profundidad del bosque en busca de leña, cuando una extraña criatura alada se materializa ante sus aterrorizados ojos…
A partir de aquí se desencadena una vertiginosa trama de aventuras, intriga y romance en el desconocido y deslumbrante Japón clásico del periodo Heian, cuya capital se convertiría en centro cultural más floreciente del mundo, desarrollándose un culto a la belleza y al complejo ceremonial cortesano como nunca antes se había conocido.
El emperador, fuente absoluta del poder, a quien se le atribuía un origen divino como descendiente directo de la diosa solar Amaterasu Okami, gobernaba sobre una población empobrecida, salvo por una minoría conformada por la privilegiada aristocracia. En todo caso, la mentalidad de unos y otros se hallaba impregnada por la creencia en todo tipo de demonios y criaturas sobrenaturales —los yokai—, que desde tiempos inmemoriales formaban parte del folclore japonés e influían directamente sobre sus vidas.
En este universo de leyenda tendrán lugar las vicisitudes de los tres protagonistas: Asatori, un humilde campesino; Katsumi, una dama erudita; y Tokinobu, un agente de la Guardia Ciudadana, que al comienzo de la historia nada tienen en común. Cortesanos, aristócratas, princesas, adivinos y guerreros expertos en artes marciales se codean en esta vertiginosa narración que también incluye personajes reales, como el emperador Kanmu o el comandante Sakanoue no Tamuramaro.
José Vicente Alfaro irrumpió en el panorama literario en el 2013 cuando publicó en Amazon su primer libro, La esperanza del Tíbet. Las ventas le respaldaron desde el primer momento y, tras publicar varios libros más en Amazon, ahora ha fichado por Ediciones Martínez Roca con su última novela, La fragilidad del crisantemo.
Los libros de este autor onubense se caracterizan por transcurrir cada una en periodos históricos muy dispares y por la amplia labor de documentación que hay detrás. Así pues, a medida que avanza la trama de La fragilidad del crisantemo, Alfaro introduce abundantes datos históricos y curiosidades, en este caso sobre el Japón clásico, que ayudan a poner en contexto al lector. La novela se abre con tres historias independientes, las de Asatori (el hijo de un humilde campesino que, repudiado por su aldea, se va de casa para buscarse la vida), Katsumi (una joven noble, rica y cultivada que no vive encerrada en su jaula de oro, sino que se preocupa por las injusticias que la rodean) y Tokinobu (miembro de la Guardia Real cuya aspiración es ascender en el escalafón). Como no podía ser de otra manera, las historias de los tres personajes van convergiendo a medida que avanza la trama con sus dosis de romance, superación personal, misterio y batallas. Es un libro que te atrapa, se lee muy fácil y está contado con mucho oficio, por lo que creo que gustará a un amplio público.
Pese a no haber leído nada de José Vicente Alfaro y a que no soy especialmente aficionada a las novelas con trasfondo histórico, la fama de este autor le precede y me animé a emprender esta lectura. ¿Mis impresiones? He disfrutado de esta historia, reconozco que tiene mucho trabajo detrás y se lee muy bien, y sin embargo... me ha faltado algo. Me ha parecido todo muy correcto, en cierto modo predecible (y eso que la resolución del misterio no la he visto venir para nada), pero en ningún momento he sufrido por los personajes, y eso que algunos acaban bastante maltrechos. Lo dicho, me ha faltado un poco de alma, me ha faltado que los personajes acaben de cobrar vida. Esa sensación que tengo al leer un libro de Stephen King, por ejemplo, en los que ves cómo los personajes toman forma ante tus ojos y empatizas con ellos desde el primer minuto, o las batallas que narra George R. R. Martin y te encogen el corazón... En este libro no puedo decir que los personajes estén mal caracterizados o a las batallas les falte ritmo, todo lo contrario, pero por algún motivo no han logrado capturarme como hacen otros autores.
De todas formas, creo que es un libro que puede gustar a un público muy amplio, aunque no sean especialmente aficionados al Japón clásico o a los libros históricos, y ya tengo en mente a un par de personas a quienes se lo voy a recomendar. Si os gusta la ficción ambientada en un periodo particular de la historia, José Vicente Alfaro puede ser vuestro autor de cabecera.
Por cierto, me ha gustado saber de dónde viene el título de la novela (que no voy a desvelar para mantener la intriga). Tiene que ver con una curiosa costumbre que realizaban las parejas en el Japón clásico a la hora de escribir correspondencia.
Ah, otra cosa: me ha sorprendido mucho ver que, en un libro de Martínez Roca, se les ha colado el uso de «el mismo» o «la misma» como uso anafórico. Es decir, en este tipo de frases: «Aunque no conocía a Senkobo, contaba con la detallada descripción que del mismo le había dado Asatori». La novela está plagada de estos usos y confieso que no me gustan nada. De momento la RAE lo califica de error, pero me da a mí que con el tiempo acabarán aceptándolo como correcto. ¡Espero que no llegue ese día, porque le tengo una tremenda manía a este uso!
Gracias a Laky por organizar la lectura conjunta y a José Vicente Alfaro por el envío del ejemplar.
A partir de aquí se desencadena una vertiginosa trama de aventuras, intriga y romance en el desconocido y deslumbrante Japón clásico del periodo Heian, cuya capital se convertiría en centro cultural más floreciente del mundo, desarrollándose un culto a la belleza y al complejo ceremonial cortesano como nunca antes se había conocido.
El emperador, fuente absoluta del poder, a quien se le atribuía un origen divino como descendiente directo de la diosa solar Amaterasu Okami, gobernaba sobre una población empobrecida, salvo por una minoría conformada por la privilegiada aristocracia. En todo caso, la mentalidad de unos y otros se hallaba impregnada por la creencia en todo tipo de demonios y criaturas sobrenaturales —los yokai—, que desde tiempos inmemoriales formaban parte del folclore japonés e influían directamente sobre sus vidas.
En este universo de leyenda tendrán lugar las vicisitudes de los tres protagonistas: Asatori, un humilde campesino; Katsumi, una dama erudita; y Tokinobu, un agente de la Guardia Ciudadana, que al comienzo de la historia nada tienen en común. Cortesanos, aristócratas, princesas, adivinos y guerreros expertos en artes marciales se codean en esta vertiginosa narración que también incluye personajes reales, como el emperador Kanmu o el comandante Sakanoue no Tamuramaro.
José Vicente Alfaro irrumpió en el panorama literario en el 2013 cuando publicó en Amazon su primer libro, La esperanza del Tíbet. Las ventas le respaldaron desde el primer momento y, tras publicar varios libros más en Amazon, ahora ha fichado por Ediciones Martínez Roca con su última novela, La fragilidad del crisantemo.
Los libros de este autor onubense se caracterizan por transcurrir cada una en periodos históricos muy dispares y por la amplia labor de documentación que hay detrás. Así pues, a medida que avanza la trama de La fragilidad del crisantemo, Alfaro introduce abundantes datos históricos y curiosidades, en este caso sobre el Japón clásico, que ayudan a poner en contexto al lector. La novela se abre con tres historias independientes, las de Asatori (el hijo de un humilde campesino que, repudiado por su aldea, se va de casa para buscarse la vida), Katsumi (una joven noble, rica y cultivada que no vive encerrada en su jaula de oro, sino que se preocupa por las injusticias que la rodean) y Tokinobu (miembro de la Guardia Real cuya aspiración es ascender en el escalafón). Como no podía ser de otra manera, las historias de los tres personajes van convergiendo a medida que avanza la trama con sus dosis de romance, superación personal, misterio y batallas. Es un libro que te atrapa, se lee muy fácil y está contado con mucho oficio, por lo que creo que gustará a un amplio público.
Pese a no haber leído nada de José Vicente Alfaro y a que no soy especialmente aficionada a las novelas con trasfondo histórico, la fama de este autor le precede y me animé a emprender esta lectura. ¿Mis impresiones? He disfrutado de esta historia, reconozco que tiene mucho trabajo detrás y se lee muy bien, y sin embargo... me ha faltado algo. Me ha parecido todo muy correcto, en cierto modo predecible (y eso que la resolución del misterio no la he visto venir para nada), pero en ningún momento he sufrido por los personajes, y eso que algunos acaban bastante maltrechos. Lo dicho, me ha faltado un poco de alma, me ha faltado que los personajes acaben de cobrar vida. Esa sensación que tengo al leer un libro de Stephen King, por ejemplo, en los que ves cómo los personajes toman forma ante tus ojos y empatizas con ellos desde el primer minuto, o las batallas que narra George R. R. Martin y te encogen el corazón... En este libro no puedo decir que los personajes estén mal caracterizados o a las batallas les falte ritmo, todo lo contrario, pero por algún motivo no han logrado capturarme como hacen otros autores.
De todas formas, creo que es un libro que puede gustar a un público muy amplio, aunque no sean especialmente aficionados al Japón clásico o a los libros históricos, y ya tengo en mente a un par de personas a quienes se lo voy a recomendar. Si os gusta la ficción ambientada en un periodo particular de la historia, José Vicente Alfaro puede ser vuestro autor de cabecera.
Por cierto, me ha gustado saber de dónde viene el título de la novela (que no voy a desvelar para mantener la intriga). Tiene que ver con una curiosa costumbre que realizaban las parejas en el Japón clásico a la hora de escribir correspondencia.
Ah, otra cosa: me ha sorprendido mucho ver que, en un libro de Martínez Roca, se les ha colado el uso de «el mismo» o «la misma» como uso anafórico. Es decir, en este tipo de frases: «Aunque no conocía a Senkobo, contaba con la detallada descripción que del mismo le había dado Asatori». La novela está plagada de estos usos y confieso que no me gustan nada. De momento la RAE lo califica de error, pero me da a mí que con el tiempo acabarán aceptándolo como correcto. ¡Espero que no llegue ese día, porque le tengo una tremenda manía a este uso!
Gracias a Laky por organizar la lectura conjunta y a José Vicente Alfaro por el envío del ejemplar.
12 de junio de 2019
Persuasión (Jane Austen)
La última novela que escribió Jane Austen gira en torno a Anne Elliot, una joven inglesa cuya familia se ve obligada a mudarse para sanear su economía y reducir gastos. A sus 27 años, se considera que ya ha pasado la edad «adecuada» de Anne para contraer matrimonio, pues ha perdido su belleza y su plenitud de antaño. Varios años atrás, Anne mantuvo un romance con un oficial de la Marina, Frederick Wentworth, pero la familia de ella consideró que Wentworth no tenía los posibles para aspirar a la mano de Anne y no era digno de pasar a formar parte de la familia. Anne se dejó persuadir por lady Russell, una amiga de la familia que crió a Anne como una madre, y se distanció de su pretendiente. A esto siguieron varios años de soledad en los que Anne se preguntó si había hecho lo correcto. Y ahora, después de todos estos años, los caminos de Wentworth y Anne se vuelven a cruzar: él ha sido ascendido a capitán, ha ganado una fortuna y está más atractivo que nunca. Por su parte, Anne ha perdido belleza, pero su bondad e inteligencia no han hecho sino aumentar, si bien la posición de la familia en el plano económico es bastante precaria. Al principio el capitán Wentworth se ve movido por el dolor del rechazo anterior, pero todo apunta a que el carácter de Anne lo cautivará de nuevo. ¿Podrán tener ambos una nueva oportunidad en la vida?
He aquí otra novela que me habría encantado leer de adolescente. Dos jóvenes que se enamoran localmente, se ven obligados a separarse y se reencuentran ocho años después, pero su momento ya ha pasado: él aún está resentido, la belleza de ella se ha marchitado, su familia está en bancarrota, y otras jóvenes en la plenitud de la vida compiten por la atención del capitán. Todo apunta a que esta vez no tendremos el final feliz. ¿O sí?
He disfrutado esta novela muchísimo, pues además de ser tremendamente romántica, gira en torno a un tema con el que todos podemos sentirnos identificados: las segundas oportunidades en el amor. Cuánto no habríamos dado muchos de nosotros por poder reparar lo que una vez se torció. Nuestra protagonista prácticamente no existe para la sociedad: una mujer cuya belleza no destaca, que no se ha casado, poseedora de una muy exigua fortuna, que se siente prácticamente invisible en la sociedad que la rodea, y ninguna persona de su familia parece tomarla muy en consideración. La verdad es que me he sentido muy identificada con ella (no por esto que comento, sino por el carácter en general de Anne) y tanto la historia como los protagonistas me han gustado mucho más que los de Orgullo y prejuicio, el otro libro de Austen que leí hace poco. Ya digo que a mi yo adolescente le hubiera encantado, pero en la actualidad he disfrutado esta historia tanto o más. Y el paisaje melancólico inglés que nos pinta Jane Austen es el marco perfecto para este tipo de historias.
Como siempre recomiendo con los clásicos, es una buena idea ir a una librería grande donde puedan acumular varias ediciones (yo fui a El Corte Inglés, donde yo creo que las tienen TODAS) y compararlas para escoger la que más se adecue a los gustos de cada uno. A mí me gustaron las traducciones de Alba (en la que se incluye Sanditon, la novela que Austen dejó inacabada) y la de Penguin.
He aquí otra novela que me habría encantado leer de adolescente. Dos jóvenes que se enamoran localmente, se ven obligados a separarse y se reencuentran ocho años después, pero su momento ya ha pasado: él aún está resentido, la belleza de ella se ha marchitado, su familia está en bancarrota, y otras jóvenes en la plenitud de la vida compiten por la atención del capitán. Todo apunta a que esta vez no tendremos el final feliz. ¿O sí?
He disfrutado esta novela muchísimo, pues además de ser tremendamente romántica, gira en torno a un tema con el que todos podemos sentirnos identificados: las segundas oportunidades en el amor. Cuánto no habríamos dado muchos de nosotros por poder reparar lo que una vez se torció. Nuestra protagonista prácticamente no existe para la sociedad: una mujer cuya belleza no destaca, que no se ha casado, poseedora de una muy exigua fortuna, que se siente prácticamente invisible en la sociedad que la rodea, y ninguna persona de su familia parece tomarla muy en consideración. La verdad es que me he sentido muy identificada con ella (no por esto que comento, sino por el carácter en general de Anne) y tanto la historia como los protagonistas me han gustado mucho más que los de Orgullo y prejuicio, el otro libro de Austen que leí hace poco. Ya digo que a mi yo adolescente le hubiera encantado, pero en la actualidad he disfrutado esta historia tanto o más. Y el paisaje melancólico inglés que nos pinta Jane Austen es el marco perfecto para este tipo de historias.
Como siempre recomiendo con los clásicos, es una buena idea ir a una librería grande donde puedan acumular varias ediciones (yo fui a El Corte Inglés, donde yo creo que las tienen TODAS) y compararlas para escoger la que más se adecue a los gustos de cada uno. A mí me gustaron las traducciones de Alba (en la que se incluye Sanditon, la novela que Austen dejó inacabada) y la de Penguin.
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