3 de agosto de 2010

La dama de las camelias

Dumas hijo nos transporta con este libro al París de 1847 mientras narra una historia inspirada en el romance que él mismo vivió con Marie Duplessis, una famosa y bellísima cortesana de la época (aunque hay que decir que tal romance no fue ni tan apasionado ni tan trágico como el que nos relataría en estas páginas).

La novela nos habla de Armand Duval, un joven de buena familia que se establece en París dispuesto a vivir durante una temporada el ambiente libertino y bohemio que se respira en sus calles. Conoce a la joven Marguerite Gautier y se enamora perdidamente de ella, con todo lo que el romanticismo de la época conlleva de idealización del ser amado (pues en verdad Marguerite es una cortesana).

A la par que conocemos la historia de amor de Armand y Marguerite, nos sumergimos en la hipocresía de la sociedad de aquella época, una sociedad que tolera a las cortesanas, pero rechaza la historia de amor verdadero que surge entre una de ellas y un joven adinerado. Así, no queda sino un final trágico para ambos.

Cabe señalar que Verdi se inspiró en esta obra para componer su ópera La Traviatta. Resulta curioso también que La Traviatta es precisamente la obra que suena en una de las escenas de Pretty Woman, película que cuenta una historia bastante parecida a la de nuestra dama de las camelias, aunque con final feliz, claro. También son evidentes los paralelismos de Moulin Rouge con este libro, tuberculosis incluida. Ah, puestos a hablar de referencias intertextuales, debo mencionar el libro Manon Lescaut, que Armand le regala a Marguerite en un momento dado de la trama y que, tras investigar un poquito por Internet, me han entrado ganas de leer.

Una historia, en fin, recurrente y quizá poco original, pero que a mí me ha gustado mucho y me ha entretenido durante unos cuantos días. Este tipo de novelas me gustan también por lo que tienen de costumbristas. Por ejemplo, a Marguerite Gautier la apodaban la dama de las camelias porque salía a la ópera o al teatro todas las noches, y cada una de esas noches llevaba un ramo de camelias entre las manos. Siempre eran blancas, salvo una semana al mes en que las llevaba rojas. Seguro que más de una cortesana de la época hacía saber así a sus amantes los días del mes en que no estaba disponible para ellos.

He leído la traducción al español que ha hecho Ana María Moix y la he encontrado perfecta. Aunque suene pedante y exagerado, me he deleitado con cada expresión…

Debo señalar, por último, que siempre procuro poner la portada del libro que me he leído (la misma editorial, la misma edición, el mismo diseño), pero en este caso me ha sido imposible encontrarla (lástima, porque es preciosa), así que cuelgo una foto que recoge más o menos la idea que me había hecho de los personajes a medida que avanzaba en la lectura.

Termino con una cita extraída del libro, brevísima y lapidaria:

¡Cuánta gente feliz ignora que lo es!

Título: La dama de las camelias | Autor: Alejandro Dumas hijo
Fecha inicio: 19.07.2010 | Fecha fin: 3.08.2010