31 de octubre de 2021

El asesinato de Roger Ackroyd (Agatha Christie)

Otro libro que sumo al reto de Agatha Christie, aunque esta vez no he respetado el orden cronológico y me he saltado unos pocos años con este emblemático libro de 1926: El asesinato de Roger Ackroyd

Y digo emblemático porque marcó un antes y un después en las historias de detectives y fue votada como la mejor novela policíaca jamás escrita. Para saber si es o no una afirmación exagerada había que leer el libro, justo lo acabo de terminar y no sé si es el mejor, pero sí puedo afirmar que Agatha Christie no defrauda y sus tramas nunca te dejan con la sensación de que el autor haya hecho trampa (cosa ya habitual en muchas novelas negras de hoy en día, ¿no os parece?).

El narrador es el doctor James Sheppard, que escribe el libro a modo de memorias sobre un crimen que tuvo lugar en su pueblecito inglés, King's Abbot. Una dama del pueblo, la señora Ferrars, es víctima de extorsión y, cuando ya no puede más, supuestamente se suicida. Su prometido, el acaudalado señor Ackroyd, recibe una carta en la que ella le confiesa el nombre de su chantajista, pero, antes de que llegue a leer el nombre y pueda desvelárselo a nadie, el señor Ackroyd es asesinado y la carta desaparece.

Hércules Poirot, un detective belga recién retirado que se dedica a cultivar calabacines en la casa contigua a la del doctor Sheppard, se involucra en el caso y pone en marcha sus células grises para tratar de encontrar al culpable (en paralelo a la siempre ineficiente —en estos libros— policía).

Siempre digo que soy más de la señorita Marple, pero aquí Poirot me ha gustado mucho, con ese ligero aire de ridiculez, sus ademanes pomposos y su gran concepto de sí mismo. Se agencia al doctor Sheppard como carabina (su apreciado Hastings reside ahora en Argentina) y comienza a hacer pesquisas entre un círculo bastante reducido de personas. Este es el típico caso de «la habitación cerrada»: el crimen se produce en una habitación cerrada, hay un muerto y un número limitado de sospechosos. El libro incluso reproduce un par de planos: el de la casa y el de la habitación en cuestión para que al lector no se le escape detalle. Y con eso tanto lector como detective deben averiguar el quién y el cómo (y el por qué, en última instancia, claro). 

Siempre que publican un listado de libros «imprescindibles» de Agatha Christie aparece este, y estoy muy de acuerdo. Creo que en él nos encontramos a Poirot en su máxima expresión, y la resolución del caso es tan sorprendente que permanecerá indeleble en la memoria del lector. Y es uno de esos libros que no desmerecen con una relectura; al contrario, se saborea mucho más analizando detalles que pasaron desapercibidos la primera vez. No sé si yo llegaré a comprobarlo, porque voy demasiado lenta con el reto de la Christie como para ponerme a releer...


Esta reseña participa en la iniciativa:


Apartado: Ocurrió en Europa.

Una novela de un escritor/a británico o que transcurra en Gran Bretaña.

¿Qué hay más británico que Agatha Christie narrando un asesinato que ha tenido lugar en un pequeño pueblecito inglés...?

17 de octubre de 2021

Gardez l'oeil ouvert (Victoria Charlton)

Pues no sé si lo había comentado por aquí, pero soy una fan acérrima del true crime. Ya hace años que veía todos los programas de la tele que se me cruzaban en el camino, pero es que ahora los aficionados al género estamos de enhorabuena, porque hay más material que nunca. Bueno, lo de «estamos de enhorabuena» es una forma de hablar, porque, por mucho que escuche con curiosidad estas historias, nunca olvido que detrás de todas ellas hay vidas truncadas y familias rotas a las que estos hechos han cambiado el futuro para siempre. Cuando escucho los pódcast o veo documentales en la tele, siempre intento no hacerlo en plan «palomitero», sino siendo consciente de la tragedia que en realidad se está contando.

El caso es que estaba yo buscando libros para leer en francés y nunca sé por qué lecturas decantarme en este idioma. En estas andaba yo cuando se me ocurrió buscar qué libros hay publicados en francés sobre true crime y así llegué a Gardez l'oeil ouvert - 15 histoires de disparitions mystérieuses, título que podría traducirse como «Mantente alerta: 15 relatos sobre desapariciones misteriosas». Y fue la compra perfecta, justo lo que buscaba: en unas pocas páginas, Victoria Charlton nos pone en antecedentes sobre una desaparición misteriosa, narra los hechos de la desaparición en sí y lanza hipótesis, tanto suyas como las más oficiales o las que circulan por las redes. Utiliza un lenguaje informal y ese es uno de los detalles que más me han gustado, pese a que en Goodreads he visto que mucha gente se lo critica. A mí me ha servido para volver a retomar las lecturas en francés y aprender palabras como camelots, que son los niños que reparten los periódicos de casa en casa en lugares como Estados Unidos.

Otra cosa que me ha gustado es la variedad de casos que cubre, pues la autora ha tratado de incluir un amplio abanico de casos: niños desaparecidos, familias enteras que se esfuman, personajes famosos que se desvanecen en pleno día, tres fareros que desaparecieron hace un siglo en una islita de Escocia, desapariciones «de segunda» (personas con vidas atormentadas y problemas emocionales a quienes nadie quizá eche de menos), las mujeres de Ciudad Juárez, adolescentes que deciden hacer pellas un día y nunca más se supo...

En cuanto a mis favoritos, de los casos que ya conocía (que no eran muchos) el que siempre me ha impactado es el de Johnny Gosch, un repartidor de periódicos de Iowa (un camelot) al que raptaron con doce años con el objetivo, al parecer, de meterlo en una red pedófila (qué pesadilla, Dios...). O el de Andrew Gosden, un chaval inglés de 14 años que se saltó las clases y se fue a pasar el día a Londres y de quien no ha vuelto a saberse nada desde entonces; tremendo el sinvivir que eso causa en los padres, me resulta imposible siquiera imaginarlo. 


De los casos que no conocía destaco el de los fareros de la isla Flannan, que se desvanecieron de la islita que custodiaban en las navidades del año 1900, dejando tras de sí unas inquietantes anotaciones en el diario del faro. Cualquier teoría racional deja muchos cabos sueltos y a día de hoy sigue sin saberse a ciencia cierta qué fue de ellos.

Los fareros de las islas Flannan (desaparecieron tres de ellos; el cuarto no estaba en la isla aquel día).

Me encantaría que alguna editorial se animara a traducir este libro, porque creo que funcionaría muy bien también en nuestro mercado y me parece que no hay ninguno de este corte escrito en español. A mí me ha gustado tanto esta lectura que ya tengo fichado el siguiente de la colección: Gardez l'oeil ouvert: 15 affaires criminelles jamais résolues («Mantente alerta: 15 misterios criminales sin resolver»), también escrito por Victoria Charlton.

¿Os gusta a vosotros el true crime?

Verano (Ali Smith)

La escritora escocesa Ali Smith es una de las voces más aclamadas en la literatura del Reino Unido y los críticos destacan especialmente su serie de cuatro novelas, el Cuarteto estacional. En la última edición de Masa Crítica de Babelio opté por pedir Verano, el libro que cierra la serie. Me preguntaba si esto afectaría en algo a la lectura, pues no he leído el resto (novelas que, como se puede imaginar, se llaman Otoño, Invierno y Primavera). 

Y tal vez fue así. No sabía nada del estilo de escritura de Ali Smith, no tenía ni idea sobre la trama de estos libros y no había leído ninguno de los demás que componen la serie. Empecé el libro como a mí me gusta, sin ideas preconcebidas, pero... iba pasando páginas y páginas y no lograba conectar con la lectura. Me ha costado mucho entender el argumento; sí, nos presenta a dos hermanos, Sacha y Robert, y a sus padres separados que viven en casas contiguas, pero todos ellos parecen solo una excusa para hilar temas que le pasan a la autora por la cabeza, pero no es que los hile, sino que los vierte en la narración sin orden ni concierto, sin que parezca llevarte a ningún lado. Es cierto que, por lo que he leído, en este libro importan más las ideas y las críticas a la sociedad actual que la linealidad de la trama, pero me ha resultado una lectura frustrante que no ha llegado a cautivarme. Supongo que cada libro tiene su lector, y desde luego Verano no ha sido para mí.

Algo positivo que puedo decir es que la edición es un gustazo: el tamaño, la cubierta, el papel, la traducción impecable de Magdalena Palmer... Nórdica Libros, por lo que he podido comprobar, mima sus ediciones. Lástima que este libro en concreto no me haya conquistado. Os dejo dos fragmentos escogidos muy al azar para que veáis por dónde van los tiros.



Crac. Dislocación.

Nada. 

Entonces la Víctima pulsa el botón. Hablaré.

Ay.

Robert Greenlaw suelta el suspiro del tirano ancestral que ya lo ha visto todo.

Aburrido.

Apaga el juego antes de que la Víctima pueda salvarse.

Robert casi desea haber ido al colegio.

Se pregunta si su hermana todavía tendrá el tiempo en sus manos, ja, ja.

Se pregunta quién estará abajo.

Robert Greenlaw sale silenciosamente de su habitación y baja la escalera del desván. Luego baja silenciosamente otro tramo de escalera. Cuando llega a la mitad, se sienta con los pies en alto, porque el siguiente peldaño es precisamente el que cruje.

***

Se apoya en la barandilla y contempla la playa.

Pese al sol, el mar está gris.

Intercambia miradas con una gaviota.

Aún queda un buen trecho de invierno, ¿eh?

Eso me temo.

Qué se le va a hacer.

La gaviota, que tiene el pico y las patas de un color amarillo intenso, baja las plumas de las alas y desvía la mirada.

Su pico sobresale como las máscaras que llevaba la gente hace siglos, durante la peste en Venecia.

Piensa en esas mascarillas de algodón de ahora. Parecen insignificantes, hojas muertas, basura al viento, comparadas con las máscaras reales, las que llevan sobre la cara los mentirosos del planeta.

Ocurren toda clase de cosas virulentas.

Se vuelve y mira las fachadas de los edificios.

Un jueves que estuvo hasta tarde en la playa, al mirar ese edificio vio a unas empleadas que lo limpiaban a las once de la noche.

Parecía como si ella tuviese que verlo.

Pero no significaba nada. Pura coincidencia.

Quizá la coincidencia nunca es como queremos que sea. Porque entonces no sería una coincidencia, ¿verdad?

Se da la vuelta y vuelve a mirar el mar.


Gracias a Nórdica Libros y a Masa Crítica de Babelio por el ejemplar.

3 de octubre de 2021

El morador (Daria Pietrzak)

De este libro me llamó la atención esa potente portada de Raúl Ruiz y un par de reseñas entusiastas que leí (muy por encima, para no fastidiarme nada de la trama) por Internet. Aprovechando que fue mi cumpleaños hace unas semanas, me lo pedí y el día que abrí el papel de regalo fue la primera vez que lo tuve en mis manos. Digo más: era la primera vez que abría un libro de Dilatando Mentes Editorial.

La primera impresión fue excelente. El libro tiene el tamaño perfecto, una cubierta rústica con solapas que da gusto tocar y una ilustración potentísima. La elección de la tipografía y la composición del título no podrían haber sido más acertadas.


Lo abres y siguen desplegándose maravillas ante tus ojos, pues los interiores presentan un diseño original, con ilustraciones y fotos de casas perdidas en lo más profundo de un bosque neblinoso. Incluso los números de página vienen acompañados de la ilustración de un arbolito solitario. Para más inri, la editorial ha creado una lista de reproducción en YouTube con varias canciones para escuchar durante la lectura del libro. Yo lo hice así y creedme, la idea es buenísima y la selección de las canciones me pareció espectacular: de un plumazo te ves sumergido en una atmósfera inquietante ideal para la lectura.




Y con una presentación tan acertada, uno se sumerge en la lectura. El libro empieza narrando los bucólicos veranos que Lis y Greg pasaron de pequeños en casa de sus abuelos, una granja situada en un paraje apartado y rodeada de un precioso jardín de dientes de león, un plácido manto amarillo que se mece al compás del viento. Después la acción dará un salto de varios años y nos presenta a Lis, que acude de nuevo a la granja después de una larga ausencia para llevarse algunas pertenencias y cerrar la casa tras la muerte de su abuela. Y es ahí donde empiezan a pasar cosas raras. Como ya se intuye por el título y la cubierta, en esa casa hay un morador que impone su presencia inquietante a todo aquel que entra en la vivienda.

A partir de ahí Daria Pietrzak (quien, por cierto, nació en Polonia pero vino a España de pequeña y ha escrito el libro en español) crea una historia con muchas capas, casi a modo de muñecas rusas, con diversas tramas y líneas temporales. No es esta una novela estrictamente de sustos, con presencias paranormales que te asaltan por los pasillos; son más bien sombras que te ponen los pelos de punta, susurros que parecen transportarte a otros mundos o mujeres que hacen pactos con extrañas presencias. Conoceremos a la Yaga, un personaje de la mitología eslava que cobra vida en este libro. También hay una cierta dosis de gore y la sangre corre a litros.

Las ideas con las que Daria Pietrzak construye su novela me han parecido muy originales; no la he visto una historia manida para nada y ese es un gran punto a su favor. Y, sin embargo, me ha faltado algo para acabar de conectar con la novela. Me da la impresión de que Pietrzak puede llegar a ser una gran escritora, pero que en este libro todavía está encontrando y puliendo su estilo. Alguna vez he comentado por aquí que hay libros que te capturan desde la primera página; por algún motivo conectas con el estilo del autor, te sientes cómodo entre sus páginas y te sumerges enseguida en la trama. Bueno, pues a mí con este libro no me ha pasado. También creo que una corrección ortotipográfica le vendría bien; sobre todo hacia el final faltan más tildes de lo que sería deseable, hay un sangrante «hecha de menos» y ya en la tercera línea de la novela falta una coma de vocativo. A mí esas cosas me sacan abruptamente de la ficción, no lo puedo evitar...

De todas formas, en mi balance me quedo más con lo positivo de esta novela. Además el final consiguió sorprenderme, y mira que es difícil en este género en el que parece que ya está todo dicho. Y cuando ya estaba con la boca abierta, vi una inesperada foto familiar que se incluye al final y, no sé, se me rompió el corazón. Es como si la autora de repente te dijera: «¿Y si todo lo que acabas de leer fuera verdad?». Que no lo creo, claro, pero el golpe de efecto es muy bueno y caló en mí... ¿Qué más decir? Le seguiremos la pista a Daria Pietrzak.