30 de septiembre de 2017

The Haunting of Hill House (Shirley Jackson)

¿Cuál es vuestro defecto lector? Yo tengo montones, pero quizá el que más destaca de todos es que me cuesta horrores repetir con un autor que me ha gustado (y ya no os cuento de darle segundas oportunidades a un autor que no haya disfrutado).

Me vienen un montón de ejemplos a la cabeza: me encantaron autores como Cheryl Strayed, Elizabeth Gilbert, Adrian McKinty, Patrick Rothfuss, Anne Rice, Joe Hill, Alex Garland, Alberto Morán Roa, Jesús Carrasco... Encima algunos de ellos son autores de sagas, como Rothfuss, Morán Roa o Anne Rice, por lo que a priori no hay motivo para no volver a ellos (¡aunque solo sea para terminar la saga!). De cajón. Bueno, pues no soy capaz. Siempre me siento atraída por los cantos de sirena provenientes de los nuevos autores que descubro en Goodreads. ¡Y la lista no deja de crecer!

El caso es que ya hace tiempo que quiero corregirme y, después de leer Siempre hemos vivido en el castillo, me dije que Shirley Jackson era una autora tan buena como cualquier otra para enmendarme, así que recurrí a los chicos de Book Depository para adquirir The Haunting of Hill House y The Lottery and Other Stories. Y a principios de septiembre me adentré en Hill House.

Si este que he mencionado es mi defecto, una virtud considero que es mi afición por no saber nada de antemano de las tramas o de los libros que leo en general. Por lo general escojo basándome en escuetas referencias que leo por ahí. Y me alegro de haber llegado bastante a ciegas a The Haunting of Hill House. Si hubiera leído, por ejemplo, que Stephen King la considera una de las mejores novelas de terror de finales del siglo xx y otros la sitúan como la mejor novela sobre casas encantadas de todos los tiempos... bueno, quizá habría sido un problema, porque ya se sabe lo que ocurre cuando uno tiene las expectativas muy altas.

La maldición de Hill House gira en torno a un inquietante experimento que llevó a cabo el doctor John Montague, entregado desde hace años al estudio de las «perturbaciones psíquicas» que tienen lugar en las casas encantadas. Cuando se entera de la existencia de Hill House, decide alquilarla por unos meses y allí da cita a Eleanor, una joven solitaria después de haber pasado once años cuidando de su madre; Theodora, una joven despreocupada con capacidades psíquicas, y Luke, un vividor que se ve envuelto en la aventura a petición de su tía, propietaria de la casa. El objetivo es que todos ellos cohabiten en Hill House unos días y vayan registrando los fenómenos paranormales que allí sucedan; con el resultado de todo ello, el doctor pretende publicar un estudio. Así pues, para conocer las experiencias que vivieron los cuatro en la casa, el lector tendrá que adentrarse en ella también...

Journeys end in lovers meeting.

No se me ocurre otra palabra que defina mejor los libros de Shirley Jackson que peculiares. Desde la caracterización de los personajes hasta los diálogos a veces surrealistas que se llevan entre ellos, cuando menos curioso si imaginas que este libro lo escribió un ama de casa a finales de la década de los cincuenta. Y, encima, el resultado final sigue asombrando a los escritores más consagrados de hoy en día.

It will be a long time, I think, before she opens another door by herself.

En cuanto a la lectura en sí, por algún motivo pensaba que no me iba a dar miedo para nada, que al final se quedaría en palabras vacías (un poco como pasó con La casa y el cerebro, que, ahora que me doy cuenta, ¿por qué no lo tengo reseñado en el blog si me lo leí hace relativamente poco?). Y sin embargo sí, me dio miedo, me resultó inquietante sobre todo ver cómo la influencia de la casa se iba metiendo cada vez más y más en uno de los personajes, haciendo dudar al lector acerca de si ese personaje estaba perturbado por naturaleza o se comportaba así por influencia de la casa.

Now I know why people scream, because I think I'm going to.

En definitiva, en este libro, que he disfrutado un montón, se encuentran todos los clásicos del género (casa siniestra en una colina apartada, inquietante ama de llaves que se va de la casa cada día al atardecer, ruidos, psicofonías, habitaciones que aparecen desordenadas, sueños que se mezclan con la realidad...) y se le da un giro de tuerca con la exploración psicológica de uno de los personajes en especial. Porque... ¿es la casa la que está poseyendo a uno de sus habitantes, o es ese habitante el que acaba poseyendo a la casa? Lo mejor es que Shirley Jackson no termina de desvelarlo y despliega toda la historia para que el lector lo decida por sí mismo.



20 de septiembre de 2017

Hipótesis sobre Verónica (Enrique Álvarez)

Este librito, que ganó el premio de novela Ciudad de Barbastro en 1994, narra unos hechos extraños sucedidos en Santander en 1989, en los que una adolescente llamada Verónica supuestamente fue víctima de un caso de posesión diabólica. El libro comienza cuando un profesor de literatura lee un día un pequeño recorte de prensa que narra de forma sucinta el caso de Verónica y las sospechas de que la muchacha esté endemoniada. Sin embargo, no se publica nada más acerca de la historia ni de su desenlace, ni hay forma de saber qué ha sido de Verónica; el caso parece extrañamente silenciado, pues ni en las noticias lo mencionan ni en la dirección de la joven parecen saber su paradero actual (también su familia parece haberse esfumado).

El relato empieza contándolo este profesor de literatura, pero luego otras voces toman su relevo: desde el novio de la joven hasta un cura interesado en posesiones diabólicas, pasando por una carta de la propia Verónica. El lector es el que tiene que unir el testimonio de unos y otros para obtener las diferentes piezas que componen este relato de intriga. Sin embargo, a medida que pasamos las páginas los hechos no solo no se esclarecen, sino que se complican cada vez más para todos los personajes de esta historia.

Es un librito muy breve, bien escrito y bien resuelto, con un uso del lenguaje muy rico, que se lee rápido y funciona muy bien como relato de intriga. Además este libro me ha dejado preguntándome si los acontecimientos narrados ocurrieron de verdad, pues el texto de la contra apunta a que está basado en hechos reales. El caso es que no he encontrado nada de nada en Internet que dé por cierta la historia de Verónica (o que la mencione siquiera), pero el relato juega con la ambigüedad y ahí queda mi duda. Una lectura interesante.




19 de septiembre de 2017

Patria (Fernando Aramburu)

Dada mi fatídica experiencia con el último bombazo editorial que me leí (La verdad sobre el caso Harry Quebert), me dije que nunca volvería a caer en las garras del márketing editorial. Y, sin embargo, aquí estaba de nuevo, comprando el Patria de Fernando Aramburu con la única referencia de los miles de ventas que acumulaba y los encendidos aplausos que parecía recibir por doquier. Sin embargo, a diferencia del libro de Quebert, este título sí que me ha conquistado. ¡Me tuvo enganchada y lo devoré en cuestión de días!

Patria nos sumerge en la vida de dos familias de un pueblo vasco (al parecer inspirado en Hernani). En el seno de una de esas familias se gesta un futuro miembro de ETA. En la otra, el cabeza de familia es un empresario cuyo nombre empieza a aparecer en el centro de una diana en pintadas por todo el pueblo. Hasta ese momento, la amistad de ambas familias había sido inquebrantable, pero, a medida que el acoso aumenta y la situación se vuelve insostenible, la solidez de esa amistad se resquebraja.

Con esta trama como telón de fondo, Aramburu perfila los últimos 40 años de la historia del País Vasco, la época álgida de ETA, su declive, la situación actual de los presos, lo que fue crecer en un entorno radical asfixiante del que apenas había escapatoria, y cómo todo eso sigue afectando a sus protagonistas hoy, cuando hace años que el proceso parece caído en el olvido.

Qué decir de este libro... me ha parecido un libro redondo, conseguidísimo, con una trama bien sostenida de principio a fin y un planteamiento en cierto modo original. Lo primero, destaca la forma que tiene Aramburu de escribir: nunca había leído nada suyo y me sorprendió el estilo un poco seco y cortante que tienen algunas frases. Confieso que el primer capítulo me lo leí dos veces sin estar segura de haberlo entendido y la causa era precisamente este estilo peculiar que se gasta Aramburu.

Luego está el tema espinoso de ETA. Yo no crecí en el País Vasco, pero sí recuerdo los telediarios con las noticias de un nuevo atentado, de un nuevo tira y afloja, la mirada entre temerosa y curiosa que echaba cada vez que pasaba junto al cuartel de la Guardia Civil de mi pueblo, preguntándome lo que sería vivir ahí dentro, con el miedo de que aparcaran un coche bomba junto a la ventana de tu habitación. Y, sin embargo, esto no era nada comparado con haber crecido en un pueblo del País Vasco, donde los propios amigos de toda la vida presionan para que te unas a la causa, y si no lo haces empiezas a aparecer en el punto de mira de la banda. El libro refleja esto de forma impresionante y era algo que, francamente, yo nunca me había parado a pensar. ¿Qué pasa con un grupo de amigos cuando, de repente, se ven divididos en dos grupos, cada uno a un lado de la línea ideológica?

Este tema podría haberse abordado de tan diferentes maneras... pero creo que Aramburu da en el clavo con su enfoque. Ofrece todo un elenco de personajes muy bien trazados, a los que no cuesta nada imaginarse. Y nos mete con ellos en su más pura cotidianidad, nos hace entrar en sus cocinas de gente humilde, nos hace imaginarnos el pescado friéndose en el fuego y al ama de casa colocando un geranio en la ventana. Además, pese a que la trama principal gira en torno a ETA, hay otras subtramas igualmente interesantes que hacen que la atención no decaiga ni un momento (me han gustado todas las historias de los personajes secundarios, desde Arantxa y Xabier hasta Gorka y Nerea). Y qué decir de esos dos personajes inolvidables, las matriarcas, Bittori y Miren... Por último, pese a que el libro tiene bastantes páginas, los capítulos muy breves hacen que la lectura enganche y no puedas parar.

En definitiva, un libro que recomiendo sin dudarlo, con pasajes que estremecen y muchísimos otros que te hacen reflexionar, mientras recordamos un periodo que dejó una cicatriz en la historia del país.