Cuando vi que proponían este libro en Masa Crítica de Babelio me llamó la atención. Hace tiempo que quería leer algo de Karl Ove Knausgård, pero me imponía la idea. Me daba la impresión de que es un autor difícil de leer, dado a escribir obras magnas y complejas (recordemos que para su autobiografía, que publicó cuando solo tenía dos novelas en el mercado, escribió 3.500 páginas en seis tomos). Cuando recibí el libro, 775 páginas con la frase «El retorno a la novela de un autor de estilo inconfundible» en la faja, no me quedé más tranquila...
Y, sin embargo, empiezas a leer y te engancha. La novela transcurre a lo largo de dos días en una zona costera vacacional de Noruega. Los capítulos están narrados en primera persona, cada uno desde el punto de vista de un personaje (y hay nueve personajes en total): un hombre de vacaciones con sus tres hijos y una esposa con un brote psicótico. Una mujer, pastora en una iglesia y traductora de la Biblia, que tiene problemas en su matrimonio. Una joven dependienta de una tienda de comestibles que se encuentra con un antiguo profesor de quien no quiere saber nada. Una enfermera que trabaja en trasplantes de órganos y una noche vive un suceso espeluznante. Un periodista de moral dudosa y el punto de vista de su mujer, que trabaja en una residencia de personas con discapacidad. Un hombre que lleva una vida solitaria y ociosa en su cabaña de la costa; su medio de vida es el ingreso que le pasa mensualmente su padre, millonario.
Las historias se entrecruzan ligeramente de vez en cuando, pero son bastante independientes. Al principio cuesta un poco entrar, no lo niego. La vida cotidiana de cada personaje se cuenta en detalle, hasta el punto de que tenemos capítulos de 50 páginas, pero poco a poco se va viendo un hilo vertebrador: ese primer día ha surgido una nueva estrella en el cielo. Y a esto se van sumando cosas raras, que primero se perciben levemente, pero luego se hacen cada vez más patentes: una extraña ola de calor (estamos en Noruega), apariciones bíblicas de cientos de animales, visiones extrañas, un crimen macabro... ¿Será todo debido a la influencia de la nueva estrella?
Esta tensión, estos elementos sobrenaturales que van poblando la trama poco a poco van cobrando importancia y van creando una atmósfera cada vez más inquietante. El libro de hecho está escrito a ritmo de thriller. Es un poco pausado al principio, pero cada capítulo termina con un cliffhanger que te deja con ganas de seguir leyendo. De hecho, yo me descubría mirando el índice para ver si tal personaje volvía a aparecer (hay algunos que solo salen en un capítulo, a otros se les dedican más). En algunos casos, la historia queda en el aire y no aparecen más capítulos de ese personaje. Al final entendí —también mirando por internet— que este es solo el primer libro de una serie que no sabemos cuántas novelas va a tener. De hecho creo que no lo sabe ni el autor, que, por lo que he leído en alguna entrevista, va escribiendo un poco según se lo dictan las musas. Viendo las 3.500 páginas de su autobiografía, creo que tenemos historia para rato.
¿Voy a seguir leyendo esta serie? De momento es un sí rotundo: me da igual lo largo que sea, pero yo quiero saber qué les pasa a los personajes que ha creado en La estrella de la mañana. Pero esto me hace preguntarme lo siguiente: ¿hasta qué punto está Knausgård exigiendo mucho al lector? Que se embarque con él en una lectura de miles de páginas, que esté dispuesto a comprarse ¿cuatro o cinco? libros de 700 páginas cada uno, y a veces sin conocer siquiera al autor. Yo de momento me embarco en el viaje, pero no tengo claro hasta qué punto es mucho pedir ni tampoco si esta es una buena estrategia para ganar nuevos lectores. Por cierto, he mirado la contra, las solapas, la cubierta... y en ningún sitio pone que es el primer libro de muchos, así que avisados estáis.
Al principio, como me gusta no leer nada de las tramas de antemano, no había visto que comparan este libro de Knausgård con Stephen King. Ahora que he terminado el libro puedo ver que sí, hay similitudes. Primero por cómo trata a los personajes, que es una de las cosas que más me gustan de King: aquí los personajes cobran vida, te parecen tremendamente reales y te puedes sentir identificado con sus preocupaciones. Por ejemplo, estás viendo el apocalipsis por la ventana, una nueva estrella que se dibuja en el cielo y una serie de acontecimientos extraños que pasan en tu día a día, y sin embargo a ti lo que te preocupa es qué es lo que sientes por tu marido o qué le pasa a tu hijo adolescente, que parece tener algún problema psicológico. Por cierto, quizá sea este un reflejo de la pandemia, que es cuando se escribió el libro; miras afuera, ves el desastre, pero tienes que seguir lidiando con tu cotidianeidad... Y luego tiene un ritmo de thriller y un tonillo apocalíptico, con tintes de terror sobrenatural, y todos los capítulos acaban con un golpe de efecto, así que sí, se puede decir que es una comparación acertada con King.
He leído que el autor ha publicado ya en noruego los dos libros siguientes de esta serie e imagino que en Anagrama ya están enfrascados en la traducción, así que estaré atenta. De momento, yo me embarco en este viaje y además lo recomiendo. ¿Os venís?
La estrella seguía brillando al norte incluso ahora, por la mañana, cuando el sol ya había salido.
Entonces tenía que ser potente. O encontrarse cerca.
Una estrella de la mañana.
Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana, dijo Jesús.
Pero en Isaías la estrella de la mañana era el Diablo.
Gracias a Masa Crítica de Babelio y a Anagrama por haberme ofrecido mi primera incursión en la obra de Knausgård (¡qué viaje!). La traducción es magnífica y la firman Kirsti Baggethun y Asunción Lorenzo.