6 de junio de 2024

El discurso del cómic (Luis Gasca y Román Gubern)

Que los cómics se rigen por una serie de convenciones está claro, y eso que a primera vista tal vez no lo parezca: yo al menos tiendo a centrarme en la historia y, aunque pueda admirar la técnica o los dibujos, no me fijo en las reglas utilizadas. Pero cuando cae en tus manos un libro como este te das cuenta del acervo de símbolos, recursos y convenciones que mandan en el género y que suelen pasar desapercibidos.

Esta es la edición revisada y ampliada (en 2024) del libro que los autores escribieron en 1988, en el que reproducen cerca de dos mil viñetas de cómics publicados desde finales del s. XIX hasta el presente. No me quiero imaginar el trabajazo que hay detrás de una compilación y clasificación como esta, pero desde luego es fascinante consultar esta obra incluso para mí, que soy lega en el tema (vamos, que ni dibujo ni tengo ni idea de coger un lápiz).

Encuadres, perspectivas ópticas, estereotipos (arruinado, juerguista, rodillo de amasar...), gestos con el rostro, manos o piernas, situaciones arquetípicas (apagón, desmayo), símbolos cinéticos (caídas, mirada, puñetazos), metáforas visuales (amor, estupor, dinero), textos escriturales (cartuchos, tipos de globos, rotulaciones, letreros, voz en off...), las diferentes puestas en página... Cada sección viene introducida por una página de texto y las explicaciones en sí son muy prácticas y vienen en forma de un breve pie de foto en cada recorte de cómic que se incluye.

Lo mejor para que os hagáis una idea de lo que es este libro es echarle un vistazo (ya siento la mala calidad de las fotos, Blogger lleva tiempo subiéndomelas así, si alguien sabe a qué se debe, se agradecen consejos):

Estereotipos: adivina, agua.


Visión y puntos de vista: ojos desorbitados.


Montaje: puesta en página.


Gestuario: con las manos.


Símbolos cinéticos: mareo, meditación.

Imprescindible para ilustradores, dibujantes y autores de cómics, pero quienes quieran consultarlo por simple curiosidad, como yo, también lo disfrutarán desde la primera a la última página.


5 de junio de 2024

Lágrimas de cocodrilo (Mercedes Rosende)

Gracias a Carolina del blog Libros por doquier, a la Editorial Alrevés y a la autora, Mercedes Rosende, varios blogueros hemos podido sumergirnos en el siguiente libro de Úrsula, después de que leyéramos Mujer equivocada hace unas semanas. Así pues, hoy traigo la reseña de Lágrimas de cocodrilo.


Y cuando tenga plata adelgazará, comprará una casa en Carrasco y tendrá una piscina, mucama, jardinero, un auto nuevo. Vacaciones en una playa con un mar verde. Ya vas a ver, Papá. Ya vas a ver, Luz.


Esta era la motivación de Úrsula cuando la dejamos en el libro anterior y esta sigue siendo su motivación ahora. Adelgazar, tener dinero, cambiar de vida. Gozar de las facilidades que nunca tuvo. Acallar esa voz de su padre, que aunque ya está muerto, aún le susurra al oído lo gorda que está, lo mal que lo hace todo. 

Ahora no puedo charlar contigo, Papi querido, estoy ocupada. Después, ¿sí? Ahora no me molestes. Volvete a tu tumba.

La novela continúa donde quedó en el libro anterior, y aunque la autora da pistas de quién es quién y se puede ir siguiendo bien la trama, sí recomiendo empezar leyendo la novela anterior, sobre todo porque es en Mujer equivocada donde se perfila de verdad el peculiar carácter de Úrsula. Tenemos además a Germán, cómplice improvisado de Úrsula en el libro anterior, que acaba de salir de la cárcel. Es un hombre cobarde, sufre de ansiedad, no se decide a actuar, y sin embargo tiene que hacerlo: lo han reclutado desde la cárcel para participar en un robo. Y él acude a la persona que no le falló en el pasado: Úrsula.

Como digo, seguimos el hilo de la novela anterior, y sin embargo para mí se lee muy diferente. El vocabulario uruguayo está mucho más presente y me ha parecido una novela mucho más negra, negrísima. Las escenas de la cárcel me han parecido una pesadilla... Además, esta vez ya conocemos a Úrsula, así que no seguimos tanto su día a día, no es una lectura tan pausada como la anterior. Por otra parte se multiplican los puntos de vista: seguimos a la otra Úrsula, al prestigioso (y corrupto) abogado Antinucci, a la comisaria Leonilda Lima o a Ricardo el Roto, un sórdido personaje de los bajos fondos. Y antes de que el lector se dé cuenta, se ve sumido en el asalto a un camión blindado...

Es una buena novela negra y desde luego no he podido parar de leer, y sin embargo me gustó más la anterior, Mujer equivocada. Me pareció que la idea de dos mujeres a las que confunden por llamarse igual era muy buena y me gustó cómo se desarrollaba: era casi más importante contar las rarezas de Úrsula que hacer avanzar la trama, y eso me pareció muy original y un puntazo.

Luego hay otro tema, y es que Úrsula me ha parecido que tenía un punto más siniestro en este libro. No sé qué opinarán mis compis de lectura, pero diría que en este libro se dejan caer algunas cosas sobre Úrsula y digamos que ya no puedo verla con los mismos ojos. No sé vosotros, pero a mí el capítulo XIX me dejó con muchas dudas y sospechas...

Lo que sí se mantiene del libro anterior es que, al igual que Úrsula es voyeur, Mercedes Rosende ha escrito el libro de manera que el lector también se sienta un poco voyeur, espiando por las ventanas de la gente, metiéndose en sus dormitorios, en sus coches, en sus pensamientos más íntimos. Creo que este efecto está muy bien conseguido y es uno de los motivos por los que es difícil dejar de leer este libro.

Quizá no me ha impactado tanto como la novela anterior, pero sí que creo que es una novela negra muy bien construida, con unos personajes carismáticos muy bien perfilados y que transporta al lector directo a los bajos fondos de Montevideo. Y, desde luego, el final abierto te deja con ganas de saber cómo sigue la historia de Úrsula. Además, en este libro se ha introducido un personaje del que quiero seguir leyendo, que es la comisaria Leonilda Lima. Espero que aparezca en próximas tramas y que Alrevés lo traiga pronto...