25 de junio de 2016

Crónicas del desamor

¿Qué os parece el caso de Elena Ferrante? ¿Estrategia de marketing o autora que se sale del perfil habitual? De esta escritora no se sabe nada: ni su nombre, ni su edad, ni dónde vive. ¡Incluso podría tratarse de un hombre! Tampoco concede entrevistas a los medios; solo ha hecho alguna declaración a través de sus editores. Si bien sus libros llevan tiempo en el mercado, es desde hace dos o tres años cuando se están redescubriendo y son muchas las voces que los aclaman como toda una revelación.

En cualquier caso, últimamente parece que no se hablaba de otra escritora y eso fue lo que me animó a leer Crónicas del desamor, que reúne en un solo volumen estos tres libros: El amor molesto (escrito en 1992), Los días del abandono (2002) y La hija oscura (2006).

Los tres libros responden en cierto modo a un mismo patrón: los protagonizan mujeres de mediana edad (40-50 años) en la Italia contemporánea, y todas emprenden una especie de viaje interior guiadas por un acontecimiento que desata la trama. En El amor molesto, es la muerte de la madre de Delia, la protagonista; nunca se conocieron realmente, así que Delia vuelve a Nápoles, donde vivieron ambas, para tratar de volver a capturar su esencia. En Los días del abandono, el marido de Olga abandona el hogar conyugal de la noche a la mañana y ella se sumerge en una espiral de depresión. La hija oscura narra las vacaciones de una mujer liberada tras años de cuidar a sus hijas, ya adultas, las vivencias durante esos días a orillas del mar y sus reflexiones acerca del pasado.

En los tres libros he visto muchos más puntos en común: los protagonizan mujeres  con un tremendo análisis de su vida interior; con un humor cambiante, que resultan inestables y presa fácil de los nervios. Los hijos son a menudo un fastidio, una razón más para andar malhumoradas. Expresan poca empatía hacia ellos; siempre molestan. Las relaciones entre madres e hijas (adultas ambas) se perciben tensas, distantes. Se ven a menudo como dos seres desconocidos.

Me costaba empatizar con las reacciones de cualquiera de las tres protagonistas: a menudo exageradas, pasadas de rosca, y encima narrado de forma hiperrealista (preparaos a leer cómo la protagonista se cambia de bragas o se limpia la regla). No sé, la verdad es que no llegué a tomar cariño a ninguna de las protagonistas de los tres libros. Por decirlo resumido, están las tres un poco como regaderas. Dicho esto, ¿me gustaría seguir leyendo novelas de la Ferrante? A priori diría que sí. Es un mundo interesante el que plantea esta escritora, está muy bien narrado y es diferente a lo que estoy acostumbrada a leer. No sé, supongo que es un poco como mirar por una cerradura una escena que te disgusta. Te disgusta, sí, pero algo te impele a seguir mirando.  


2 comentarios:

  1. No sé quién es Elena Ferrante, y por lo visto es un enigma...sin embargo, no me han llamado la atención sus libros. Puede que sea porque del mismo tipo de novela, me recuerda a otras que ya leí y que ya me gustaron...y con quienes me siento quizá más agusto de cómo expresan sensaciones similares...y líos y embrollos de familia...De momento me quedo aquí, leyéndote y con esta reseña, que ya me habla un poco del libro, me quedo conforme.
    Espero y deseo que estés pasando un feliz verano...Aquí, hoy, nos derretimos...Y nada me refresca más como imaginarte por Londres entrando en alguna librería refrescante....mmmm.

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    1. Sí, la verdad es que el estilo de la Ferrante es muy particular y yo no me atrevería a recomendarlo a todo el mundo. ¡Ay, María! Llegué ayer a España y, después de casi seis años por tierras inglesas, me vuelvo de manera definitiva. Huelga decir que lo último que visité fue la fantástica Waterstones de mi barrio y un par de "charities" con sus tentadoras secciones de libros de segunda mano. Lo echaré tanto de menos... ¡Pero nuevas aventuras aguardan por aquí! :)

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